Esta mañana escuchándolo en radiomarca comentaba que por ej en amdrid le habian multado con 60.000 €,por ej a mi lo de roland garros con federer no me hizo nada de gracia..y ojo no es porque sea este aficionado culé,no tiene nada que ver..si fuera del madrid,diria menudo subnormal..que trabaja de comercial según ha dicho para pagar sus multas por la tonteria de saltar.
Si aun asi alguien cree que lo digo por ser culé ,mirar lo que dicen en el sport.
Es retarder confirmado y creo que enfermo de arriba.
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http://www.sport.es/blogs/blogs/planeta ... umana.aspxJimmy Jump y la estupidez humana
De Jimmy Jump lo que más me molesta es que para un amplio sector de la sociedad española (y también internacional), el personajillo en cuestión representa a Catalunya por aquello de la barretina y de otros signos identitarios. No se queden ahí; la idea es demasiado simplista y errónea. Un elemento de esa naturaleza podría haber nacido en cualquier rincón del mundo, incluso en un container -respetando siempre a sus progenitores, los pobres, que han de ser unos santos y bastante pena tienen con haber traído al mundo a semejante sujeto. Dedicar un pequeño espacio a Jimmy Jump, por mínimo que sea, es arrojarlo a la basura. Lo mejor que se podría hacer de él es, sencillamente, ignorarlo; pasar por alto sus estupideces, omitir sus actos vandálicos... Negar su existencia, en suma. El domingo irrumpió en la central de Roland Garros con la única intención de colocarle una barretina a Roger Federer -menúdo susto se llevó el suizo- como ha hecho en otras tantas ocasiones con deportistas de postín y jugadores de fútbol. ¿Qué hacer? Vaya por delante que para Catalunya, Jimmy Jump es un grano en el culo que la inmensa mayoría de ciudadanos -entre los que me encuentro- desearía extirpar -con o sin anestesia-. La nacionalidad que tenga el interfecto es sólo un hecho circunstancial, una anécdota sin más importancia que la pura coincidencia. Bien pudo nacer en Burundi, a suponer. Pero no. Nació en Catalunya para vergüenza de los catalanes. En su caso, como en el de tantos otros, la estupidez humana es infinita. Está claro que no se le debería permitir la entrada en los recintos deportivos, pero parece que la medida tiene mala solución porque es muy complicado que los servicios de seguridad puedan controlar, uno a uno, a todos los aficionados. ¿Más ideas...? Tampoco se le puede meter de patitas en la cárcel porque lo suyo tiene mucho que ver con la imbecilidad y la necedad humana. Desafía abiertamente a los 'seguratas' pero no comete ningún acto delictivo que sea susceptible de ser considerado grave y, por consiguiente, elude prisión. Lo de ponerle una multa de esas que quitan el hipo podría ser otra solución siempre y cuando, acabara pagando hasta el último euro.
¿Por qué no un castigo social? -se me ocurre una larga estancia en París limpiando las calles de papeles y las paredes de pintadas. De sol a sol, cubriendo una jornada laboral completa (8 horas). Y si digo París es porque su última fechoría tuvo lugar en la capital francesa pero tampoco me importaría lo más mínimo que sacase con rasqueta todas las cacas de paloma que hay en la Plaça Catalunya de Barcelona. Me resisto a que un personaje así me represente -o peor aún, represente el lugar al que amo, en el que nací y al que respeto-. En suma., se trata de erradicar figuras como esa, personajes que avergüenzan a Catalunya y a España. Lamentablemente, el único que no parece avergonzarse es el propio Jimmy Jump, un personaje del que, repito, no se debería escribir ni una sóla línea. Pido perdón por ello.
Sus primeras fechorías causaron hilaridad. Fue novedoso, incluso se le hizo alguna entrevista... Después, empezó a molestar su grotesca presencia. Ahora, con franqueza, me produce tirria verle en acción. ¿Qué persigue más allá de su propia egolatría? Es un personaje nefasto, un fantasma que no pinta nada dentro y fuera del deporte. Bien haría en buscarse un trabajo honesto como cualquier hijo de vecino y ganarse el sueldo con el sudor de su frente. En el anonimato, lejos de los focos... Con dignidad. ¡Ah, dignidad! Bendita palabra...