Se puede grabar (y difundir la grabación) sin el conocimiento de la otra persona siempre que tú formes parte de la conversación. Acordaos, por ejemplo, de las grabaciones de Villarejo a Dolores Delgado donde ésta llamaba mariconazo a Grande-Marlaska. La amiga Delgado no tiene mucho que hacer ahí, ya que estaba sentada en la misma mess que Villarejo.
Por el contrario, grabar una conversación ajena podría atentar contra el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones.