Nos olvidamos muy a menudo de que los bancos son empresas privadas y como tales es posible negociar con ellos. Es decir el particular, como cliente que es, no tiene por qué aceptar mansamente lo que ellos de manera unilateral impongan.
Si estás disconforme con una de sus condiciones, intenta negociarla, y si es imposible, entonces considera cambiar de banco. Porque otra cosa que no puede imponer un banco es la permanencia obligatoria en el mismo.