A veces… como deseariamos poder cambiar el destino,
callar aquella palabra o olvidar aquel adios…. pero el destino sigue.La gruta se abrió ligeramente y los cabellos dorados se asomaron entre las rocas, la joven dejo pasar unos segundos que sus ojos se adaptasen a la oscuridad antes de aventurarse por la abertura. La gruta se perfiló como una habitación de paredes de piedra y suelo de baldosas.
-¡Profesor… profesor!- grito- ¿donde se han metido?…-
Contemplo de nuevo la cueva, “¡Era su descubrimiento!, si no se daba prisa se lo quitarían”. Aparto algunas rocas más y se deslizo por el orificio, que descendía en una cuesta de arena hasta el suelo.
-Parece un templo antiguo ¿micionico?… ¡esto me va a hacer famosa!- grito entusiasmada llegando al fondo y contemplando la habitación desde el suelo.
Frente a ella, sobre una base una tela raída cubría un objeto ovalado. Curiosa se acercó a el y a medida que se acercaba el objeto brilló con una débil pulsación.
-Pero que es esto…- aparto la tela y observo la esfera brillante ribeteada de grietas púrpuras desde donde la luz parecía brotar como latidos en un corazón- es tán bonita la luz…- alargo la mano para tocarla-
-¡Zalan merti!- grito una estridente voz desde la oscuridad.
Detenida en un instante, la joven paralizada conservaba la sonrisa curiosa.
-Llegamos a tiempo…- susurró el pequeño ser saliendo de las sombras, su altura era apenas de un metro pero su piel azulada estaba cubierta de arrugas, vestía una toga violácea de fina factura y en sus pequeñas manos sostenía un cayado de madera antigua en cuya punta un pequeño cristal, similar al que descansaba sobre el pilar, brillaba ahora intenso- ¡soy el primer mago desde los antiguos capaz de superar la dimisión frontera!- exclamó emocionado por su gesta-
-Si… llegamos, buen trabajo… -musitó el hombre que le seguía, alto y erguido, portaba una coraza brillante y un rostro joven con nuevas arrugas, cuya culpa debía recaer en la brillante corona que pendía en su frente-
Se acercó lentamente y miro a la joven, no se atrevió a tocarla, solo a mirar su rostro joven que tanto recordaba, su sonrisa sin miedo… el olor de su cabello.
-¿La descongelo ya?… así podrás avisarla del peligro que se encontrará…- sugirió el mago- así tendremos una oportunidad… -
El hombre apretó los puños y miro a su mago con los ojos entrecerrados.
-No lo hagas… no le diremos nada…- Susurró- Quiero que anules el poder de este transportador…- con su espada señaló la esfera brillante ante la joven.
El mago le contemplo boquiabierto.
- Pero Stpehan… ¡mi rey!- exclamó este- si hago eso… si rompo el hechizo de esta esfera.. ella.. ella ¡nunca llegará a nuestro mundo!…
-Lo se- suspiró resignado- es lo mejor mago… que viva aquí su vida…-
-¿entiendes de que hablas Stpehan?… si ella nunca va nuestro mundo nunca salvará a un bandido en el bosque de Tetuán ni se enamorara de él…-dijo mirando a su rey- Y sin el apoyo de ella este bandido nunca recuperaría su derecho al trono real… incluso sin ella cierto mago seguiría bebiendo zumo de raiz hasta su patética muerte borracho en aquella taberna…- musitó bajando la mirada a sus manos arrugadas- la necesitamos mi rey…-
Con un estremecimiento el rey limpio las lagrimas que caian por sus mejillas.
-Amigo mío… si no lo hacemos… si ella sigue su destino…- cayó de rodillas ante su amada- ¡volverá a morir ante mí!… volverá a sacrificarse por nuestro pueblo…!lo haría una y otra vez!
-¡Por eso volvimos mi rey!.. para avisarla de ello y que la historia se adaptase de nuevo…-
-¿y crees que funcionaria?.. no, estoy seguro que no… ella es asi… -susurró acercando su mano casi hasta tocar su mejilla- Si no es por el dragón será por un mago oscuro que desea su poder o ella misma se sacrificará por otra razón… desde que pise nuestro mundo esta condenada… ¡no he podido protegerla nunca!, ¿como quieres que la deje marchar?-
Volvió su vista al mago y alargo su mano hasta posarla sobre el pequeño hombro.
-Por favor… rompe el conjuro… no te lo pido como rey, sino como amigo… tu también la querías… lo hacemos por ella y lo sabes… nuestro mundo no esta preparado, no para ella.. - pidió-
Con un refunfuño el mago alzo su cayado y toco la esfera. En un trueno retumbó la habitación el conjuro antes de desaparecer.
-Esta echo… ¿nos vamos?… - sugirió el mago- cuando nos vayamos volverá a moverse. Aquí ya no hacemos nada mi rey… vamonos…-
Asintiendo, el rey siguió al mago y juntos desaparecieron entre las sombras. Cuando la joven recuperó su tiempo, se irguió, había sentido algo… un escalofrío en su mejilla… ¿y por que estaba llorando?… la esfera ante ella estaba ahora apagada, ¿había sido solo un sueño?…
Desde el exterior los gritos de sus compañeros la buscaban. Tenía que volver, avisarles de este gran hallazgo. Fue a subir la cuesta hacia la salida, cuando unas piedras cayeron rodando por la cuesta rebelando una segunda esfera que yacía enterrada, que ahora brillante la esperaba…
