Se muestra encantador y seductor y sabe cuidar su imagen social, lo que permite ascender rápidamente en el trabajo.
Incapacidad de empatía hacia los demás. No siente pena, ni compasión y tampoco afecto, ni cercanía. Si debe manifestar socialmente alguna emoción, la simula teatralmente.
Explota a los demás mediante un estilo de vida parasitario.
Nadie sabe tanto o merece tanto como él. Posee una personalidad egocéntrica que no se corresponde con la realidad de sus logros efectivos.
Miente "sin pestañear" de manera sistemática y compulsiva.
Carece de remordimientos o de culpabilidad.
Manipula muy eficazmente a los demás, de forma que estos terminan haciendo lo que él desea con la sensación de que es lo que ellos quieren en realidad.
Es experto en ganarse la confianza de los demás a través del engaño, la falsificación de credenciales, títulos, currículo...
Posee una elevada capacidad camaleónica. Se adapta perfectamente a las espectativas, deseos y valores de los demás.
Vive con la sensación de que puede hacerlo todo y de que nada puede pararle. Su ausencia de miedo le hace audaz al no interferir emoción alguna en la ejecución de sus actos.
Es un experto en identificar los puntos débiles de las personas y los aprovecha en su beneficio.
Le excita la vulnerabilidad y se ensaña especialmente con los trabajadores más débiles a los que denigra, disfrutando del sufrimiento que les produce como una muestra de su poder.
Su comportamiento con sus adversarios consiste en "comprarlos" mediante plebendas o pormesas, o "eliminarlos" mediante las técnicas más manipuladoras y destructivas.
Aduce argumentos morales finalistas ante los demás. El fin perseguido justifica los medios utilizados para alcanzarlos.
No tiene curación psicológica. Si se hace terapia con él, aprende a manipular a los terapeutas y los condiciona. Es un problema social para el que no hay NINGUNA solución.
No presenta alteración del sentido de la realidad, por lo que es cosciente de sus actos. No le importa emocionalmente el sufrimiento que causa a los demás. No es un enfermo mental.
Pues si, así es, si reconoces a tu jefe por estos "síntomas", estate atento, estás ante un jefe psicópata.
sombre escribió:Anda, pues sí que lo noto. Pero con todo el mundo que me encuentro, no sólo con los jefes. Creo que tiene que ver con la educación social.
Ya, pero el que lo observes en personas que, al fin y al cabo no teiene mucho que ver contigo, que en una persona que te "da de comer" y que influye directamente en tu estado de ánimo, es diferente.
Por ejemplo, el jefe que yo tengo en Gibraltar ES DE MANUAL, es decir, cumple TODOS estos requisitos, pero yo, por lo menos, le he plantado cara y me ha considerado un "enemigo" fuerte, por eso me ha dejado en paz.
eraser
Valar Morghulis
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927PoWeR escribió:Por ejemplo, el jefe que yo tengo en Gibraltar ES DE MANUAL, es decir, cumple TODOS estos requisitos, pero yo, por lo menos, le he plantado cara y me ha considerado un "enemigo" fuerte, por eso me ha dejado en paz.
esa suerte que has tenido... yo le planté cara y he acabado peor de lo que estaba...
Los psicópatas comparten esos rasgos. Ahora bien, mucha gente puede tener esos rasgos y no ser psicópata. No vayamos a crear una paranoia colectiva, porque si nos ponemos a ver rasgos de tal o cual cosa, se empieza a sospechar hasta del vecino.
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