Joder, primero Fernandito de La Polla Records, luego Mahoma de RIP y ahora nuestro Eskroto.
Los viejos rockeros sí que mueren, pero nos queda su arte, y en el caso del Gavilán, el recuerdo de la banda más cachonda y desfasada que ha pisao los escenarios.
También hay que recordar la gran labor que hizo en las radios libres de Iruñea, con sus desbarres mentales, primero en Radio Paraíso y luego en Eguzki Irratia.
Por cierto, que se ha suicidado ahorcándose con un cinturón, triste final para un tío tan vitalista.
Bebamos una birra en su memoria