El agosto pasado, cuando me llegó la nómina de más de 1900 euros. Y ponerme a pensar en qué capricho comprarme. Esa necesidad de comprarte algo que sabes que en realidad no te hace falta.
Me pasó a la vuelta de un vuelo de casi 12 horas, fue maravilloso. En otra ocasión conseguí tener el de al lado libre, podría haberme hecho un ovillo (en el tercer asiento iba mi pareja) pero los reposabrazos no se levantaban por completo, mucha maldad.
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Y a toda la lista de mi anterior mensaje añado el disfrutar de un día con amigos y que logren que te olvides de tus problemas. Es una sensación estupenda.
Que mis amigos vengan desde dónde cristo perdió la chancla dejándose un pastizal solo para una noche, literalmente, llegar a las 6 de la tarde y marcharse a las 6 de la mañana, para celebrar algo que era importante para mí. Fue una noche tan perfecta que no se me va a olvidar nunca.
En plan material, ir a hacerme la manicura, disfruto mucho ese momento. Es tan jodidamente relajante que cualquier día me quedo frita