Ayer se supo que el PIB creció un 3,8% en el 2007, una décima menos que
en el 2006. El dato es muy bueno, ya que se prevé que el crecimiento de
Europa sea del 2,6% y el de Estados Unidos, que se conoció ayer, fue
del 2,2%. La economía española se desacelera, pero en el último
trimestre creció un 3,5%, frente al 0,6% en EEUU, donde se teme la
recesión. La diferencia está también en que la construcción en España,
pese a la decaída, mantiene índices positivos, mientras que en EEUU ha
caído un 16,9%. Estos datos positivos no van acordes con la percepción
general que recoge la última encuesta del CIS, el instituto público que
mide la opinión ciudadana. Los datos reflejan que el índice de
confianza económica bajó al 39,4 (en una escala de 0 a 100). El peor
registro desde 1996.
¿Por qué este contraste entre realidad y
percepción? Hay motivos. El paro ha empezado a crecer en la
construcción. Las hipotecas se han encarecido el último año. Y el
cambio de tendencia --el eurí- bor descendió en enero-- tardará en
notarse en la factura mensual. Además, la inflación ha subido hasta el
4,4% anual. Se debe al incremento mundial del precio de los alimentos y
del petróleo, porque nuestro diferencial con la UE apenas se ha
incrementado. Pero el consumidor ha visto que se mermaba su poder de
compra. Si añadimos los titulares sobre la caída de todas las bolsas,
la fuerte crisis financiera y el temor a una recesión mundial, es
lógico que la confianza económica se resienta.
El Gobierno debe
saber que el triunfalismo es mala medicina. La oposición ha de recordar
que el malestar no garantiza el aplauso fácil al discurso
catastrofista. Y el ciudadano no quiere fuegos artificiales con las
cosas de comer.
Sé que sólo es una opinión, pero sirve como cualquier enlace de un blog de "Libertad digital", que está muy de moda.