El arbitraje del egipcio Ghandour y sus asistentes Ali Tomusange y Michael Ragoonadh entrará en los anales de la vergüenza mundialista. Anuló dos goles legales a España, uno de ellos en la prórroga, y señaló un fuera de juego a Morientes cuando estaba solo ante Lee Won Jae que sólo existió para el asistente. España mereció ganar, pero los colegiados no le dejaron.