Ahora yo os cuento otra cosa que ocurrió en mi barrio. Dos kinkis atracaron una tienda de alimentación, se llevaron 100.000 pelas de las de entonces.
Cuando se fueron, el dueño y su hijo salieron corriendo detrás de ellos por el descampado por el que habían huído. No habían corrido ni cien metros cuando uno de los atracadores se volvió y les descargó dos escopetazos a bocajarro.
El entierro del dueño fue al día siguiente (el hijo no resultó herido).
A lo que voy es que una cosa es jugársela cuando se presencia una violación, una paliza o similar en la que una persona está corriendo un grave peligro físico y otra muy diferente hacer lo mismo por cuatro cochinos duros (y ni aunque sean miles).
Lo siento, para mí lo que has hecho no ha sido una heroicidad, sino una gilipollez. Que te ha salido bien, ojo, y me alegro por tí, pero el resultado podía haber sido muy diferente.