La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), una agencia regulatoria dependiente del gobierno de los Estados Unidos, ha
aprobado la primera píldora digital que verifica si un paciente se ha tomado la medicación. La pastilla llamada Abilify MyCite equipa un sensor ingerible del tamaño de un grano de arena hecho con silicio, cobre y magnesio.
La píldora Abilify MyCite se ingiere oralmente como cualquier otro medicamento y una vez entra en contacto con los ácidos estomacales manda una señal para comunicarse con
un parche que tiene instalado el paciente en la espalda. Este parche recopila datos sobre el momento en el que se tomó el medicamento así como la dosis, y los manda a una aplicación para teléfonos inteligentes a través de Bluetooth. El paciente puede voluntariamente transmitir estos datos a una base para que su médico u otras personas autorizadas puedan consultarlos.
El parche, que debe reemplazarse cada siete días, también registra los niveles de actividad, los patrones de sueño, los pasos andados y la actividad y frecuencia cardíaca. Todos los datos también pueden ser compartidos con el médico y hasta cuatro personas elegidas por el paciente, que tiene la posibilidad de revocar el acceso a la información en cualquier momento.
Abilify es un antipsicótico cuyo principio activo es el aripiprazol, un fármaco que sirve para tratar la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión clínica. Su versión digital aborda el problema que supone saber si un paciente se ha tomado su medicación y en caso afirmativo si lo ha hecho de forma correcta. El
IMS Institute afirma que el uso inadecuado de fármacos costó al sector sanitario estadounidense más de 200.000 millones de dólares en 2012, mientras que según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
la mitad de los pacientes toman los medicamentos de forma incorrecta.
Aplicación Proteus Discover para Abilify MyCite. La aprobación de esta píldora también abre la puerta a otras con fines diferentes y algunos expertos han
expresado su preocupación por los problemas de privacidad que podría suponer. Ameet Sarpatwari, instructor en la facultad de medicina de Harvard, considera que la píldora digital “tiene el potencial de mejorar la salud pública”, especialmente para pacientes que quieren tomar su medicación pero lo olvidan o los que no la toman por creer que no están enfermos. Sin embargo, Sarpatwari advierte que "si se utiliza incorrectamente, podría fomentar la desconfianza en lugar de la confianza”. También existe el temor de que los medicamentos digitales sean herramientas potencialmente coercitivas.
Otsuka, la farmacéutica responsable de Abilify MyCite, ha anunciado que la píldora estará disponible durante el 2018 a un precio aún no revelado. El objetivo de la compañía es que su coste pueda llegar a ser cubierto por las aseguradoras.
Fuente: The Verge