Un avión de combate estadounidense F-15E lanzó dos bombas --una, de 220 kilos y la otra, de 900-- sobre una multitud de personas, principalmente mujeres y niños. Estados Unidos concluye que la investigación del bombardeo en Siria a civiles en 2019 estuvo llena de errores. Al día siguiente del ataque, testigos presenciales afirmaron haber visto pilas enteras de cadáveres de mujeres y niños, pero las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos despejaron el lugar de la explosión con buldóceres.
Pues nada, se envía una carta de disculpa a los familiares de los fallecidos y problema resuelto.
El historial de atrocidades de los exportadores de democracia es para mear y no echar gota. Y luego tienen los santos cojones de ir sancionando al prójimo.