Stark22 está baneado por "Usar clon para saltarse baneo de subforo"
Esto es para gente como tú y como yo. Para gente la cual tiene unos días pésimos, donde uno sólo quiere refugiarse en una manta, calentarse y llorar desconsoladamente. Escucharemos música muy fuerte, o por el contrario, como yo, escucharé música lo más triste posible: Eso nos relaja.
Al día siguiente, llueve. Acabamos de entrar en un bucle, en una espiral de acontecimientos que no nos favorecen. No nos engañemos, tampoco hacemos nada para que nos favorezcan. ¿Quieres gritar? ¿Maldecir el mundo? ¿Qué quieres?
Sólo quiero dormir.
He aquí la solución de la paz interior. En dicho estado, no ocurre nada, ni felicidad ni todo lo contrario. Es perfecto. Dejar pasar el tiempo. Pero es demasiado lento.
Lo peor es intentar el por qué de nuestro estado y descubrir que no tiene por qué. Es un todo y es un nada. Y aún es peor el ver que tras el momento de decadencia intrascendental al que estamos sometidos, no estamos completamente solos en nuestro pesar: Nos acompaña una fiel ayudante que llora al mismo tiempo que nosotros y que tiñe el cielo de gris. Ella te comprende sin decir una palabra, simplemente, demostrando sus sentimientos como buenamente puede.
¿Acaso hay algo mejor que desahogarse de una forma tan bohemia? Fiel amigo que lees esto, ahora piensa si en esta vida en la que estamos de paso, merece la pena torturarnos. Elige tu bando, síguelo y muere igual que has vivido. Marca un hito en la historia.
Y es que a veces, para aprender a ser feliz, hay que aprender a ser infeliz antes. Estar hundido, fastidiado y asediado por los menesteres diarios. Aquello que te incumbe es lo importante para tu sentir, pero no necesariamente ha de ser siempre positivo. Lo negativo de todo, a pesar de ser un término relativo, nos hace aprender.
Compañero y compañera, vosotros y vosotras, que me habéis seguido en este viaje por el escrito sentimental, sabéis que las teorías suelen ser perfectas. Ocurre que, por suerte o por desgracia, somos incomprensibles, por lo que jamás actuaremos de la misma manera ante la desdicha. Quizá tú llores, quizá yo también lo haga, y quizá aquel que acaba de leer todo esto, piense que todo esto es un sinsentido por el cual no valdrá la pena comprender.
Y quizá, sólo quizá, tenga razón.