Esto es como cuando eres pequeño y al educarte intentan interiorizar en ti valores positivos. Generosidad, honestidad, valor, solidaridad, eficiencia, perseverancia, esfuerzo, respeto, humildad. Comienzas a ver y notar que no todo el mundo las cumple. Hay anomalías. Para al final estar cabreado con el mundo en tu adolescencia y no soportar cosas tan nimias en apariencia, como la mentira.
La clase final, en la última lección, aprendes que todo consiste básicamente en obrar como mejor puedas y en vivir según quieras. En que eres abogado y fiscal de tus acciones, juez de tu destino y que por mucho que hagas o quieras, los demás escriben por sí solos el suyo.
Más fácilmente. Dedícate a lo tuyo y punto.