Buenas.
Os cuento mi situación. Tengo 26 años y después de bastante tiempo soltero, hace cosa de 6 meses conocí a una persona que desde el primer momento me encantó. La conocí por internet, al de 10 días quedamos y los dos nos gustamos muchísimo, así que empezamos una relación que fue a más y a más a una velocidad endiablada. Yo sentía que no había querido nunca tanto a nadie, y el sentimiento era mutuo. Era todo como de película, pensabamos igual, compartíamos los mismos gustos (poco comunes), queríamos lo mismo en la vida, el sexo era espectacular... todo.
Sin embargo, dado que vivimos en ciudades diferentes a unos cuantos kilómetros, yo cada día me iba sintiendo peor por no poder tenerla al lado. Fui dejando de lado todo lo que me rodeaba. Aficiones, trabajo, familia... actitud de la que siempre renegué y me fui apagando, minuto a minuto, hasta convertirme en una sombra de lo que era. Me levantaba cada día con ansiedad, vomitando, irascible, he perdido muchísimos kilos pesando ya poco de antes, mi autoestima ya ni existe, etc. Hasta que llegó un momento que mientras estaba con ella, el simple hecho de separarme me ponía enfermo. Tenía ataques de celos, no podía estar un minuto sin un whatsapp suyo, cada comentario en broma lo veía como una amenaza, etc.
Después de varias idas y venidas, de dejarlo haciéndola daño y volviendo haciéndome daño, llegúe a la determinación de que la situación era insostenible. Estaba haciendo sufrir a todo lo que me rodeaba y tras ir al psicólogo, decidí que lo mejor era romper el vínculo. Ella también me dijo que no podía estar así y que lógicamente así no iba a funcionar nada. Esto lo decidimos hace tres semanas y me costó un mundo. Una vez hecho, tuve un momento de liberación. Ya no tengo ansiedad y duermo mejor. Sin embargo, tres semanas después lejos de sentirme mejor estoy cada vez más hundido. No recuerdo qué es sonreir, no hablo y casi ni como.
Veo a toda la gente con la que me cruzo, conozco personas y es que nadie, NADIE, le llega a la suela de los zapatos. Me siento muy arrepentido, muy dolido por cómo he llevado todo y por cómo me he comportado lo que ha llevado a que la relación se rompa. Y sé que lo voy a hacer siempre, porque nunca encontraré a nadie así. No se trata de encontrar a alguien honesto, fiel, etc. por que de eso debería haber mucho. Lo que no hay es personas que compartan mis gustos (los cuales insisto son muy poco comunes especialmente en mujeres), que congenie tantísimo en el sexo, que quieran exactamente lo mismo en la vida, que cumpla con todos los valores que necesito en una relación y que además me aguante y se enamore de mi, cosa que poca gente hace. Creo que haber encontrado a alguien así es más complicado que que me toque la lotería. Y lo que más me jode es que ella siempre se portó conmigo de forma ejemplar. Nunca me ha hecho nada, con lo que no veo el motivo claro por el que tuve que dejarlo. A veces desearía que me hubiera cruzado la cara y tener un argumento de peso en la decisión. Supongo que mi salud mental y física es el motivo, pero por algo creado por mi mismo.
Ahora mismo, mi autoestima es nula, no creo que vaya a encontrar a nadie que se interese por alguien como yo. Me siento atrapado en un cuerpo de alguien al que odio. No me puedo ni ver ni física ni psicológicamente. Me miro al espejo y me doy asco. Toda mi vida es una absoluta mierda. He estado años comiendo pan, me han enseñado lo que es el jamón serrano para acabar quitándomelo y ahora mismo, no tengo ni pan. No me interesan mis antiguas aficiones, no tengo sueños ni metas ni nada. Me he dado cuenta de que tampoco tengo amigos, ya que sabiendo que estoy pasándolo así llevo semana y media de infernales vacaciones y ni un whatsapp he recibido con un miserable qué tal estás. Suena fuerte, pero en estos momentos el único pensamiento que me hace sentirme un poco tranquilo es que la vida no es para siempre y que antes o después se acabará.
Todo el mundo te dice que te apuntes al gimnasio, que salgas de fiesta. Pero soy incapaz y hacerlo me sienta peor, ya que veo el tipo de gente que hay ahí fuera, con su estupidez y superficialidad y me entra ansiedad al sentir que he desaprovechado probablemente la única bala que me ha dado la vida.
En fin, disculpad por el tocho, pero ya no sé qué hacer ni a dónde acudir.