El otro día me encontré con esta historia, la escribí cuando tenía unos 14 o 15 años.
Me dio miedo lo que leí, lo que sentía en ese momento.
He decidido compartirla con vosotros/as, por si hay alguien que se siente así.
Estoy sola
Estoy sentada en esta minúscula silla, mirando por la ventana la oscura y solitaria calle.
Me encuentro aquí por una extraña razón.
Ocurrió hace unos dos años:
Me encontraba sola en una habitación de metro y medio. Sin muebles, sin ventanas, sin una pequeña bombilla que alumbrara mi soledad.
Estuve varios días, quizá meses, cuando millones de bichos invadieron la habitación, invadieron mi cuerpo. Los ruidos empezaron a ser abundantes y escalofriantes. Las sombras de figura que no existían empezaron a ser constantes.
¡Gritaba!, pero nadie me escuchó. Mi cuerpo no me pertenecía, los bichos, las sombras, se habían adueñado de él.
Las voces monstruosas no dejaban de repetirme: ¡ESTAS SOLA!
Cansada de gritar me quede sentada en una esquina, inmóvil, mientras los bichos devoraban mi cuerpo, mi alma ya casi inexistente.
Pasaron meses, quizá años, hasta que un joven abrió la puerta. Era bello, muy bello. Miraba mi cuerpo semidesnudo, mientras sonreía, ¡que sonrisa más bella!
Lo último que recuerdo es que estaba devorando su cuerpo, le destroce su hermoso cuerpo. Pare cuando dejo de gritar.
Tenía miedo, me separe de él, no podía dejar de reírme.
Al poco tiempo me callé y al acercarme a él comprobé que estaba muerto. Me tumbe a su lado.
Después de horas, quizá mese, quizá años, varios hombres irrumpieron mi descanso y me llevaron a esta habitación. Dijeron que aquí mi mente descansaría, que yo estaría mejor. Pero no estoy segura porque esta habitación oprime mi libertad.
Y ahora, después de contaros la historia, os contaré por qué estoy aquí. Es porque la gente que quería me dio la espalda, me dejaron sola y por eso tuve que volar.
En el mundo no había sitio para mí, sitio para gente como yo.
Un saludin