Después de dos años de comprarme la Hobby Consolas sin tener consola, en mi grupo de amigos teníamos una situación de guerra civil, PSX vs N64, yo prefería la 64, porque para mí el multijugador es lo que le da vida a una consola, llegué a odiar el Zelda y el Final Fantasy por las horas que nos pasábamos mirando a alguien jugar, además los findes en el Sega Park eran brutales.
Entonces apareció la enana blanca de Sega y un juego que me enamoró solo con ver su preview ¿Soul Calibur? ¿Sega Rally? ¿Sonic? No, Toy Commander. Llevaba tantos años ahorrando, que el pastizal de las 49.999 pesetas no me pareció un abuso. Así que me la compré como regalo de navidad es en noviembre de 1999 con un mando de extra y la VMU (10.000 pesetas más) Pero el Toy Commander no estaba en el Centro Mail...
Mi primo mayor, un friki de los coches y los arcades, cuando se enteró, se compró el Sega Rally 2 para jugar en mi consola, así que hasta que llamaron a mi tía de la tienda, solo jugamos como cerdos a ese juegazo. El problema, no me la dejaron estrenar hasta el 24 de diciembre después de cenar ¡y eso que me la pagué yo!
Así que hasta que empezó el siglo XXI mi primer juego fue el SR2… 15 años después, ni PSX, ni N64… la Dreamcast es la anfitriona siempre que nos rearrejuntamos los colegas de siempre.