Unos datos demasiado afables e idílicos, y no creo que se correspondan con la realidad.
Los videojuegos tienen ahora la lacra que hasta hace poco soportaban los comics: son cosas de niños. No importa cuánto sepamos lo mucho que los videojuegos actuales han evolucionado, cómo implementan en un sólo medio artes tan diversas como el cine, la literatura, el dibujo y la música, da igual que los que jugamos seamos conscientes de la categoría de obra de arte de muchos títulos. Para la gran mayoría, si juegas mucho a los videojuegos, eres un pringado y un inmaduro. Eso sí, nadie te alertará ni se mofará de ti si te tragas cinco horas seguidas de tele pública.
Los videojuegos e Internet necesitan la solera de la televisión, y un relevo generacional. Quizás dentro de 20 ó 30 años, será un modo de ocio normal y una manifestación artística muy a tener en cuenta, pero hoy en día, tras Internet (la malvada Internet que crea adicción y provoca robos en tu cuenta corriente), el segundo medio más demonizado y rechazado es el mundo del videojuego. Pero en fin, allá los aldeanos con antorchas que persiguen monstruos. Yo seguiré jugando.