Buenas!
Como todos sabemos, durante muchos años, en el ámbito de los videojuegos la CPU, prácticamente, era el componente que más aguantaba el peso de las generaciones. Pues bien, esta tendencia parece que, de forma algo disimulada, está empezando a cambiar. No lo digo por decir, hay varios ejemplos, como Battlefield V, 1, los últimos Assassins o el reciente Anthem que hacen un uso, quizás, demasiado exhaustivo del procesador, haciendo que personas con i7 de cuarta generación empiecen a tener problemas con gráficas de gama alta, cuando antes, un 4790K con un buen OC era una auténtica bestia todoterreno.
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Como se puede ver en la gráfica, en Origins empieza a notarse esta tendencia bastante. Pero, ¿que pasa si comparamos esto mismo en juegos de hace años? Obtenemos estos resultados:
Crysis 3:
Metro 2033:
Battlefield 3:
Ahora una captura de Battlefield V. Se puede ver la diferencia:
un i7 de Octava generación casi le saca el doble de FPS a un i5 de séptima. Sí, de séptima generación. No estoy hablando de hace milenios.
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Aquí viene la pregunta, ¿creéis que los procesadores empezarán a tomar la tendencia de las GPU? Me explico, ¿qué vida le dais a un 7700K o incluso un i5 8600K? ¿Podrían empezar a quedarse cortos en un futuro próximo?
Esto no sé si es bueno o es malo. Por un lado, esta mejora en FPS es porque, obviamente, se empiezan a utilizar más núcleos e hilos de procesamiento,y eso mejora evidentemente el resultado. Pero aún así, es una diferencia muy pronunciada, y hace que entre los procesadores de gama alta y los de gama media existan barreras que antes no se daban.
¿Evolución necesaria o paso atrás?