Hace años que no me ocurre, pero tuve una temporada en la que lo experimentaba como dos veces por semana. Las primeras veces se pasa realmente mal porque no sabes qué ocurre. Jamás se lo conté a mis padres. A mis amigos sí: error. Y es que además de sentir la famosa presión sobre la espalda y no poder mover un músculo, sufría alucinaciones. Y claro, cuéntale éso a chavales de 15 años...
Total, casi siempre es debido al estrés y a la falta de descanso.
Para salir de la parálisis a mi me funcionaba levantarme de golpe, estremecerne, como si rompieras una camisa de fuerza.
Sinceramente, lo echo de menos. Es una sensación agridulce, diferente. Lo pasas mal durante, pero cuando despiertas el alivio es casi como un orgasmo. Y ya no te digo si sufres alucinaciones, si ves figuras o escuchas voces... Es acojonante. Por lo menos yo flipaba en colores.