Y lo peor de todo es que parece que el dueño de la empresa pirotécnica tiene un largo historial de irregularidades previas.
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En cuanto a sustos con petardos, en 1º de BUP un amigo sufrió la pérdida de varios dedos de una mano por estar jugando a encender y apagar la mecha de un petardo (creo que lo llamaban Mamut) en clase. Llegó un momento que se vió apurado y quiso lanzarlo por el balcón pero dio la casualidad de que habían retirado la manilla (era de rosca y faltaban varias por haberlas quitado los propios alumnos) y no se lo ocurrió otra cosa que intentar mitigar la explosión apretando fuerte el petardo.
Recuerdo que la profesora entró el shock entre los gritos del afectado, el olor a pólvora y carne, y el pánico del resto de la clase.
Luego subió un profesor y empezó a recoger los trozos de los dedos y a meterlos en una cajita redonda de gasas.