A mi estéticamente siempre me encantaron las cintas, además lo que siempre me ha encantado del formato (al igual que el VHS) es poder avanzar o rebobinar escuchando/visualizando el contenido para poder parar y continuar desde el segundo exacto, cosa que con los DVDs eché muchísimo en falta.
Por no hablar de la democratización de la música y otros contenidos, gracias a prestar cintas, grabarlas al gusto e intercambiarlas. Era algo maravilloso que hemos perdido (esa sensación de cuando te dejaban una cinta e ibas a casa corriendo pensando qué contendría y cuando lo ponías te descubría un grupo de música totalmente desconocido) y ahora pagamos por sistemas de suscripción donde no tenemos ningún tipo de control sobre los contenidos.
Que descanse en paz.