Con los muslos rojos no, pero las primeras veces algun que otro golpe sí que me he dado con el juego de marras. Cuando ya ha molestado lo suyo uno se acostumbra a bajar los mandos suavemente para no continuar con la flagelación.
Un nunchuk inalambrico sería lo mejor en este caso, no quisiera imaginarme lo que dolería esquiar si los palos estuvieran atados con una cuerda!