Cuando uno es plenamente feliz desearía que el tiempo se detuviera. Los cumpleaños nos recuerdan que el paso de los días es inexorable.
Sin embargo, pararse no sólo no es avanzar, implica también ir hacia atrás. Nuestra evolución como seres humanos depende necesariamente del paso del tiempo.
Por ello, un cumpleaños siempre es motivo de alegría, no recordamos simplemente el día que nacimos, celebramos también que crecemos como personas.
He querido que este cumpleaños esté lejos de regalos convencionales, por ello, aunque tendrás tus detallitos materiales, los regalos más importantes serán de poco valor en euros.
Este es uno de tus regalos: encontrarte con una sorpresa dedicada a ti en este día tan especial a la vista de todos.
Quiero que sepas que ha sido para mí una gran suerte compartir estos quince cumpleaños contigo, y que aunque viendo nuestro presente pensemos que estamos bien y que hemos pasado muchas cosas buenas juntos, estoy segura de que lo mejor está por llegar. Así que...
¡¡¡Felicidades!!!