Es que no es broma. Artur está siempre cabreado...como el niño de 14 años. Siempre amenazando, siempre disgustado, siempre llorando. Esa es la imagen que nos llega. No me puedo imaginar a un niño de 14 en Andalucía en esa pose chulesca y amenazadora con un asunto similar. Yo, cuando termino de currar, pagar facturas, limpiar mi casa...lo último que me apetece es ponerme a hacerme pajas mentales con el califato de Cordoba y los Reinos Taifas. Me apetece más tomarme una cerveza con mis amigos en el perejil, contar unos chistes y reirnos un buen rato.