Mientras no haya especulación con precios al alza, los mercadillos me parecen bien.
Ya que sacas el tema, apunto que en los últimos años vengo observando varios fenómenos para tomar nota: uno, el book crossing. Te puedes encontrar libros aparentemente abandonados en cualquier parte, pero no lo están sino que forman parte de esa iniciativa cultural; dos, el abandono de libros en plena calle. Lo he visto más de una vez cuando por ejemplo un profesor se jubila y en vez de llevarse todos los libros de su despacho, decide deshacerse de ellos rápido, dejándolos en el suelo para que alguien se los lleve. No es técnicamente un abandono con menosprecio de los libros, sino que el dueño o dueña los deposita en algún sitio donde sabe, tiene la seguridad absoluta, que serán vistos y recogidos por personas que pueden estar interesadas en ellos.
El tercer fenómeno tiene que ver con las mudanzas o los fallecimientos de personas que tenían muchos libros y sus familiares deciden librarse de ellos por las buenas, ya sea en bolsas de basura, o depositándolos en contenedores azules.
Creo que estamos en plena efervescencia de la época de la desaparición del libro físico, el cual se ve como un estorbo, un objeto anticuado, obsoleto, y que dentro de unos años, regresaremos a un estado de sensibilidad mayor hacia el libro, cuando se haya convertido en un objeto raro y de semilujo.