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José Manuel S., ha asegurado que el padre Román le invitó a dormir con él en una ocasión cuando contaba con la edad de "14 o 15 años". Según el testigo, este suceso ocurrió durante una convivencia en la casa de Los Pinillos y ha explicado que se negó a compartir cama y a darle un masaje al acusado
José Manuel S. ha afirmado que en el entorno del grupo de los Romanones notó "excesivo cariño" y ha descrito episodios de "tocamientos en el muslo, besos en el cuello y mucho contacto físico"
ha relatado su separación del grupo parroquial de San Juan de Vianney después de vivir "cosas que no veía normales,
vio a varios sacerdotes salir de la piscina y desnudarse delante de él para cambiarse de ropa además de invitarle a hacer lo mismo.
Gerardo M., el padre Román intentó acariciarle el pene a la salida de la ducha y se cortó la relación entre ambos. Además, ha asegurado que en otra ocasión vio correr a cuatro sacerdotes desnudos en la parroquia del Corpus Christi, una vez que fue a visitar al sacerdote acusado,
MaximumPowah escribió:eldiario.es "periodismo a pesar de todo" (ojo, esto lo reconocen hasta ellos)
no se que es peor, si okdiario o eldiario.es
La Fiscalía ha retirado la acusación inicial contra el único procesado por el conocido como caso Romanones, el padre Román, para el que pidió nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado a un menor, al considerar que no han quedado acreditados los hechos.
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Lo ha hecho en la última sesión del juicio que se celebra desde el pasado 6 de marzo en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada por una causa que se inició cuando un joven que ahora tiene 27 años puso los hechos, ocurridos supuestamente cuando contaba entre 14 y 17, en conocimiento de la Fiscalía andaluza en octubre del 2014, y sobre los que llegó a pronunciarse el papa Francisco.El fiscal ha retirado la acusación por la que solicitó nueve años de prisión en las conclusiones finales, mientras la acusación particular ha mantenido la petición de 26 años de cárcel aunque con modificaciones técnicas y la defensa del sacerdote su libre absolución.Las partes han presentado sus informes tras nueve sesiones de vista oral en las que inicialmente se citó a cuarenta testigos y catorce peritos y que comenzaron con el único procesado, que negó los hechos y recalcó que tenía con el denunciante un "amor cristiano".
Tercer día de juicio del caso Romanones, en que se investiga abusos sexuales a un joven granadino entre el 2004 y 2008 por parte del padre Román Martínez, presunto líder de un clan de siete sacerdotes y dos seglares para el que la fiscalía pide nueve años de cárcel y una indemnización de 50.000 euros para el denunciante, que ha ratificado los abusos este miércoles ante el tribunal de la Audiencia de Granada. El joven, que ahora tiene 26 años y contaba con 14 en el periodo del caso, se ha sentado esta mañana en el banquillo junto al padre Román, a quién denunció en el 2014 por supuestos abusos sexuales en un caso que llegó hasta el papa Francisco, que exigió la "retirada inmediata de los involucrados". El joven denunciante llegaba este miércoles a primera hora de la mañana a los juzgados de la Audiencia de Granada, evitando mostrarse ante los medios de comunicación. Una vez entraba en la sala de la Sección Segunda, ‘Daniel’ se derrumbaba en el momento de reconstruir los hechos y ver a su lado, en el banquillo, al párroco que le había acompañado desde que tenía siete años: “Era como pertenecer a una secta cerrada y virulenta. No me callo por miedo a que otros puedan sufrir lo mismo que yo (…); llegué a perder toda mi voluntad porque entendía que debía hacer lo que el padre Román me decía”, explicaba ante el tribunal.
En su primera aparición pública, Daniel ha acusado durante el juicio a Román Martínez de ser el principal líder de un grupo de curas que abusaban de menores, extremo que ha negado el cura este lunes durante el primer día de vistas. También ha señalado a otros dos sacerdotes, F.C. y M.Q. como autores de otros abusos que sufrió especialmente en el periodo 2007-2008 cuando por entonces "vivía con ellos todos los días", según asegura ‘Daniel’. En la jornada de ayer declararon los siete primeros testigos del caso, que pertenecían al clan, pero no acudieron como implicados por quedar prescrito su caso. Los siete se desentendieron del testimonio del Daniel. Cuatro de ellos, junto a otros sacerdotes y personas afines a Román Martínez, han estado presentes en la sala de la Audiencia.
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El denunciante ha ratificado hoy su posición: "Era falso lo que dijeron los testigos que no dormía en la misma cama que Román ni que había abusos sexuales. También me violó con penetraciones aunque no lo dijera en los interrogatorios policiales", ha declarado Daniel, al que se le ha visto nervioso y afectado, por lo que se ha tenido que interrumpir la sesión, en la que ha dicho que el padre Román era una persona capaz de pedir amor fraternal en misa "y violar a niños por la tarde". El momento de mayor tensión, en una tercera sesión que ha durado cinco horas y media aproximadamente, ha tenido lugar en el interrogatorio que el letrado de la defensa ha mantenido con ‘Daniel’ en el último tramo. Se ha cuestionado la credibilidad del denunciante cuando hacía memoria de determinados hechos acaecidos desde que tenía siete años (momento en el que conocía a Román Martínez). Tanto el fiscal Francisco Hernández como la magistrada que conforma el tribunal se han extrañado cuando ‘Daniel’ explicaba su versión sobre determinados periodos, ya que se contradecían con el testimonio que había ofrecido durante el interrogatorio policial previo al juicio. “No dije en aquellos interrogatorios si Román me había violado o no por pura vergüenza. Tampoco le di determinados detalles al Papa Francisco porque se lo conté en una carta pública; llevo muchos interrogatorios y es normal que pueda tener lapsus o fallos de memoria. Han pasado muchas cosas y seguramente seguiré recordando nuevos detalles de aquí en adelante”, explicaba ‘Daniel’.
"Solo deseo que termine todo. Es una pesadilla constante que no olvido, desde las felaciones hasta las masturbaciones que me imponían contra mi voluntad. Román me hizo depender de él. No podía tener amigos ni hablar con mis padres. Él era mi líder espiritual y mi único referente", ha añadido el denunciante, que ha asegurado padecer "problemas de ansiedad y cardíacos" desde el año 2008, cuando terminó su etapa en el instituto y su relación con este grupo de curas, a los que ha insultado durante un receso: "Sois unos asquerosos y unos hijos de puta", ha espetado. En la declaración, ‘Daniel’ también asegura que “Román me tenía totalmente manipulado. Me decía siempre que tenía ganas de verme cuando me fui a Bélgica y solía terminar sus mensajes con un ‘te quiero’”, recalca el denunciante. El joven explica, además, que presenció determinados momentos sexuales entre Román, F.C. y M.Q. cuando visionaban películas porno de carácter homosexual: “Me daba angustia porque me pedían que colaborase. No tenía la opción de irme de allí porque era menor de edad”, declara.
Respecto al contacto establecido con el Papa, Daniel ha detallado que surgió después de que una amiga suya, profesora de Religión, le aconsejara denunciar el caso a la Iglesia. "Después de hablar con el Papa Francisco y el arzobispo no me sentí suficientemente respaldado por el jurado eclesiástico y decidí tramitar una denuncia civil en el mes de octubre de 2014", ha explicado el joven. "Denuncio porque no puedo permitir que esto le pase a otras personas, y pienso especialmente en mi sobrina", ha añadido.
Desde la acusación popular, representada en el juicio por Pro Derechos del Niño y la Niña (PRODENI), el letrado Juan Pedro Oliver ha recordado que la petición de esta parte es de 15 años de prisión para el padre Román por un delito continuado de agresión sexual. “Estoy muy satisfecho con la declaración de ‘Daniel’, ha tenido mucha entereza y seguramente consigamos que haya condena para Román”, recalca Oliver. El letrado ha recordado que la declaración del próximo viernes del arzobispo de Granada, Javier Martínez, “será fundamental”. “Cuando consigamos ver el documento que el arzobispo envió al Vaticano explicando que tenían indicios de que Román abusaba, daremos un paso enorme”, explica Oliver
"Desconocemos la verdad. Sólo sabemos que hay 12 declaraciones distintas de las que no podemos concretar nada"
¿Cuáles son estas ambigüedades? En opinión de la Fiscalía, principalmente dos. Una, la más clara: el hecho de que "Daniel" no hubiera concretado el tamaño de las pigmentaciones en la piel del pene de Román, y que éste no estuviera circuncidado (como apuntó el denunciante en una de sus declaraciones). En segundo lugar, las dudas del fiscal sobre si hubo o no penetración, y por qué la víctima no lo denunció explícitamente en uno de los tres interrogatorios que se le hicieron, o en la carta al Papa Francisco.
Pero no tenemos la verdad acerca de que fuera o no consentido ni si existió con Daniel [que tenía entonces 14 años].
MaximumPowah escribió:@jorcoval mejor esas fuentes sin duda.
seaman escribió:MaximumPowah escribió:@jorcoval mejor esas fuentes sin duda.
Ahora puedes discutir la noticia si te apetece.
Pero bueno, que asco la fiscalía si no fuera cura seguramente esto no habría pasado.
Azulmeth escribió:@Hereze
Los curas reconocieron que el chaval dormía con el cura siempre.
Blanco y en botella
José Manuel S., ha asegurado que el padre Román le invitó a dormir con él en una ocasión cuando contaba con la edad de "14 o 15 años". Según el testigo, este suceso ocurrió durante una convivencia en la casa de Los Pinillos y ha explicado que se negó a compartir cama y a darle un masaje al acusado
José Manuel S. ha afirmado que en el entorno del grupo de los Romanones notó "excesivo cariño" y ha descrito episodios de "tocamientos en el muslo, besos en el cuello y mucho contacto físico"
ha relatado su separación del grupo parroquial de San Juan de Vianney después de vivir "cosas que no veía normales,
vio a varios sacerdotes salir de la piscina y desnudarse delante de él para cambiarse de ropa además de invitarle a hacer lo mismo.
Gerardo M., el padre Román intentó acariciarle el pene a la salida de la ducha y se cortó la relación entre ambos. Además, ha asegurado que en otra ocasión vio correr a cuatro sacerdotes desnudos en la parroquia del Corpus Christi, una vez que fue a visitar al sacerdote acusado,
Hereze escribió:La imposibilidad de conocer fehacientemente si hubo penetración anal o bucal, las marcas en el pene del cura que da nombre al caso descritas por Daniel y que no apreciaron las forenses que lo examinaron, el baile de fechas en los periodos que el denunciante sitúa los hechos, la supuesta "aversión a las sotanas" que el joven señala como secuelas de los abusos pero que no le impidieron afiliarse al Opus Dei, donde es frecuente el contacto con religiosos que la visten, la convivencia y amistad que Daniel mantuvo con el sacerdote aún después de los presuntos abusos y los testimonios que se sucedieron durante las nueve sesiones del juicio han llevado al fiscal, Francisco Hernández, a retirar una acusación que "hemos creído" cuando el joven se presentó en la Fiscalía para denunciar su caso, alentado por una llamada del Papa Francisco, al que se había dirigido por carta.
Además, el fiscal expresa su extrañeza por la tardanza de hasta siete años en denunciar los hechos, que Daniel justifica porque, al trasladarse de Granada a Pamplona y cambiar de ambiente tomó consciencia del daño sufrido, aunque por medio el joven denunciante pasó un año en Lieja, estudiante de Erasmus, desde donde dirigió una postal con un texto cariñoso al cura: "No olvido los días felices de Los Pinillos -un chalé donde el grupo de sacerdotes 'Romanones' celebraban convivencias y catequesis con jóvenes y donde se habrían producido alguno de los episodios denunciados- y espero algún día vivirlos con más intensidad".
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Vamos muy normal no es.
renuente escribió:Hereze escribió:La imposibilidad de conocer fehacientemente si hubo penetración anal o bucal, las marcas en el pene del cura que da nombre al caso descritas por Daniel y que no apreciaron las forenses que lo examinaron, el baile de fechas en los periodos que el denunciante sitúa los hechos, la supuesta "aversión a las sotanas" que el joven señala como secuelas de los abusos pero que no le impidieron afiliarse al Opus Dei, donde es frecuente el contacto con religiosos que la visten, la convivencia y amistad que Daniel mantuvo con el sacerdote aún después de los presuntos abusos y los testimonios que se sucedieron durante las nueve sesiones del juicio han llevado al fiscal, Francisco Hernández, a retirar una acusación que "hemos creído" cuando el joven se presentó en la Fiscalía para denunciar su caso, alentado por una llamada del Papa Francisco, al que se había dirigido por carta.
Además, el fiscal expresa su extrañeza por la tardanza de hasta siete años en denunciar los hechos, que Daniel justifica porque, al trasladarse de Granada a Pamplona y cambiar de ambiente tomó consciencia del daño sufrido, aunque por medio el joven denunciante pasó un año en Lieja, estudiante de Erasmus, desde donde dirigió una postal con un texto cariñoso al cura: "No olvido los días felices de Los Pinillos -un chalé donde el grupo de sacerdotes 'Romanones' celebraban convivencias y catequesis con jóvenes y donde se habrían producido alguno de los episodios denunciados- y espero algún día vivirlos con más intensidad".
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Vamos muy normal no es.
La argumentación de la fiscalía es absurda, ¿en serio un chico de 14 años de edad tenía que acordarse de aspectos como como la pigmentación en la piel o las marcas en el pene (qué casualidad, no es la primera vez que en un caso de abusos se argumenta ésto), de uno de los abusadores? Pero vamos, que el mayor indicio de culpabilidad es la propia fiscalía ejerciendo de abogado del clero, y de una trama de la que han salvado el resto de los sacerdotes implicados, es una puta vergüenza.
sexto escribió:Sí que es normal, y mucho, no te imaginas cuánto.
Hay muchísimas declaraciones de víctimas de violaciones por parte de curas, que ya hasta haber sido mayores (mucho más de 7 años después) ya sea por vergüenza, miedo, y mil motivos más, no sólo no han denunciado sino que ni si quiera se lo han contado a sus padres o a otras personas, sino que han vivido con ello como han podido.
No hablo de cuatro casos, hablo de muchísimos, aunque no podría darte una cifra, porque no tengo ni idea.