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RockMen escribió:Tema medico de cabecera fue la primera opción, pero la sanidad pública como bien sabéis está fatal y no me podían dar fecha hasta pasado un mes...
exitfor escribió:O también puedes ir a un medico antes de ir directo a un fisio del que deduzco ni tiene informes ni te ha mandado pruebas allí o a un tercero.
RockMen escribió:@MrKafka pues porque en ocasiones me falta sacar el carácter y además que en ese instante estaba flipando de una manera que no pude ni reaccionar, supongo que por mi inexperiencia en esto de la fisioterapia y la forma de hacer las cosas.
Este domingo cumpliré 5 días con las cintas elásticas pegadas al cuerpo, creo que esa misma mañana me las quitaré y me iré a nadar a la piscina de forma suave, a ver cómo me noto... Y sí, creo que acabaré cancelando la cita.
MrKafka escribió:Por qué no le dijiste lo que pensaste al igual que estás haciendo aquí?
A mi, si no me gustan las preguntas que me están haciendo, se lo digo, de forma mas suave y amable posible: Oye mira, que creo que esas preguntas ya entran en terreno personal y no creo que deba contestarlas.
Oye mira, que me parece perfecto que pienses esto o lo otro, pero no estamos aqui para discutir sobre mi dieta o sobre lo que como o dejo de comer, estamos aquí para que me mire el hombro como profesional de ello que eres, no de mi nutricion o ejercicio.
Y ya está. Al final es un servicio que estás pagando y deberías de estar cómodo, porque como ya han dicho, el estar relajado y cómodo es un apartado muy importante para no ser contraproducente.
Y si, yo cambiaba de fisio, mas que nada porque la opinión que tienes sobre esa persona no va a cambiar en la próxima cita, no vas a estar relajado y puede ir a peor.
Busca otra clínica, otra persona que te transmita mas y ya está.
Saludos.
RockMen escribió:La historia es la siguiente: la semana pasada me lesioné del hombro jugando a pádel. Decidí hacer reposo durante días, pero viendo que la molestia persistía e incluso aumentaba, decidí ir al fisioterapeuta. Es importante saber que soy una persona más o menos deportista, el hacer ejercicio físico entra dentro de mi rutina semanal, ya sea ir al gimnasio o practicar algún deporte como escalada, pádel, fútbol o en menor medida, natación. Siempre que me he lesionado lo he pasado mal, porque el no practicar deporte me repercute a nivel físico y anímico, afectando incluso mi calidad del sueño.
Decidí acudir al mismo lugar en el que me atendieron el año pasado para tratarme una capsulitis que se me complicó. Me cobraban 45€ y la chica que me atendió lo hizo fenomenal, además que era muy simpática y agradable. Pues bien, una vez explicado el prólogo/contexto, vayamos con la surrealista historia...
Para empezar, la chica es diferente, no es la misma que tan bien me atendió. Pregunto por el precio, por si quizá las tarifas han cambiado durante este tiempo o por si los precios varían en función del tipo de dolencia o parte del cuerpo a tratar. Desde un primer momento, la joven, de unos 35 años, es algo reacia a decirme el precio y me pide mi teléfono para llamarme más tarde y acabar de confirmarme que efectivamente, sigue saliendo 45€. Así pues, acepto y me cita para el día siguiente.
Lo que ocurre a continuación es lo siguiente: la chica me realiza una extensa y muy precisa entrevista para elaborar mi perfil/ficha de paciente, ya que ella a mí nunca me ha tenido. Algunas preguntas tienen sentido, como por ejemplo, a qué me dedico, pues tiene relación con el tema de la lesión. Otras preguntas ya me parecen algo gratuitas e incluso intrusivas, como si de mi psicóloga personal se tratase. De igual manera, confío en el procedimiento e intento no juzgar. Hasta aquí todo bien. Pero entonces, la cosa se empieza a torcer. A raíz de sus preguntas, le explico que llevo medio año siguiendo una pauta alimentaria hiper calórica diseñada por mi entrenador personal. Como estoy en fase de volumen, la dieta, pese a ser equilibrada, variada y saludable dentro de lo que se conoce y resume con la expresión de "arroz y pollo", es obvio que contiene una ingesta de hidratos de carbono importantes, al igual de de proteínas. Pues bien, ella empieza a ponerse muy quisquillosa con el tema del gimnasio y mis comidas. De repente, sin ton ni son, comienza un interrogatorio bastante seco por parte de la terapeuta, criticando mi dieta diciendo que es horrible, que como fatal, que es una barbaridad comer cada dia un plato de pasta (cuando no lo hago cada día, pero sí a menudo. A fin de cuentas, también como lentejas, garbanzos...). Me dice que nos lo hagamos mirar, tanto mi entrenador como yo. Continúa incidiendo en que debería comer muchísima más verdura (suelo comer 1-2 veces por semana porque no me gusta demasiado y porque al estar en fase de volumen, la verdura no me sirve para coger peso que es lo que me interesa ahora). Me suelta un discurso que atufa a veganismo por los cuatro costados, que si aguacates, kiwis, espinacas, cosas verdes, huertos y su puta madre. Además, también hay implícito en sus palabras cierto rechazo al mundo del fitness, dietas de gym bro, suplementos, ponerse fuerte y todo ese rollo. En un momento dado, me compara comerme unos macarrones con comerme un donut y suelta que cada día me estoy atiborrando de donuts. Un paralelismo totalmente fuera de lugar y absurdo. De repente, mi fisioterapeuta que previamente parecía mi psicóloga, se ha convertido ahora en mi nutricionista. Ah, si, y dice que los garbanzos son horribles.
Toda esta parte es mucho más extensa, casi media hora. Hacía tiempo que no me sentía tan incómodo. Una vez terminada la entrevista, por fin llegamos a la parte que a mí me interesaba, que era curarme el jodido hombro. Pues bien, me coloco en la camilla para que me haga las correspondientes movilizaciones y crujidos y ostia, estoy muy tenso. Ella me pregunta que si estoy tenso, que relaje la cabeza en sus manos y yo no puedo evitar flipar en colores. No consigo dejar mi cuerpo a merced de sus maniobras y al intentar crujir el cuello, no lo consigue e incluso me molesta. Paso de tener nerviosismo a tener miedo de que me parta el cuello. Es natural que si no se ha creado un ambiente acogedor, tranquilo y amable para el paciente, sus maniobras de fisioterapeuta no van a ir del todo bien. Yo estaba rígido como un palo. Por último, me pincha unas cosas en el hombro, como unas agujas, creando espasmos en mi brazo. Luego me coloca unas tiras elásticas de esas azules que se pegan y me avisa que los próximos días notaré como unas agujetas bastante fuertes. Han pasado dos días y tengo el hombro destrozado, mucho peor que antes de acudir a su consulta.
El martes que viene tengo agendada con ella la segunda sesión y estoy por cancelar porque estoy muy, muy insatisfecho con el trato recibido. Este proceso que estoy haciendo para verme mejor físicamente en el gimnasio me está costando mucho al ser alguien de metabolismo rápido al que le cuesta ganar peso. Mi entrenador se partió la caja y se indignó a partes iguales en cuanto le conté la historia. ¿Vosotros pensáis que debería volver? ¿Me cambio de fisio? ¿O simplemente paso de gastarme el dinero en esta lotería y confío en la evolución natural de las cosas, reposo, etc?
Omnia90 escribió:Yo quería añadir que pida cambio de profesional. Si el fisio es bueno, sabe dar con la tecla y desde la primera sesion notas mejoría.