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La historia de este país nos habla de numerosos males y excesos en diferentes actuaciones de obras. Conocemos el mal de piedra de más de un rey; los deseos faraónicos de algunos alcaldes, y la creciente aparición, como si se reprodujesen por esporas, de las zanjas en las ciudades. Pero una de esas fiebres de construcción que no se acaba nunca, o que parece que nunca comienza, es la de las carreteras.
Año tras año se asiste a la aparición por diferentes puntos de la geografía española, si no por toda, de las señales avisando de que se están llevando a cabo obras en esa vía, o los conos anulando alguno de los carriles, o... incluso los camiones asfaltando. Es un mal endémico que parece no tener fin, y que en más de una ocasión no es que cause un prejuicio al conductor o conductores, sino que pone en riesgo la circulación viaria.
Desde diferentes organizaciones del sector, el RACC, la Asociación Española de la Carretera, el Comisariado Europeo del Automóvil... se ha avisado de que esas obras, cuando son muy continuadas, ponen en peligro al ciudadano porque pueden causarle una situación de estrés, sobre todo cuando se encuentra con actuaciones en esa vía que no esperaba, repercutiendo, además, en la concentración y comodidad del viaje. Pero lo grave no es que haya obras, o que la conservación y mantenimiento de las vías que permiten la circulación de los automóviles estén en una situación de deterioro importante, como ha denunciado varias veces la empresa de ingeniería Euroconsult, sino que algunas de ellas parecen eternas, o es que quizás se repiten por razones que nadie sabe explicar.
Sin ir más lejos este verano, y aún no se ha acabado, para los automovilistas que hayan viajado por la carretera A-3, principal eje de comunicación entre Madrid y la Comunidad Valencia y Región de Murcia, ha sido un sinvivir de señales de color rojo anunciando que se estaba trabajando. Destaca el hecho de que se podía, incluso, calcular la existencia de una obra cada 16 kilómetros en los primeros 177 kilómetros de esta carretera. Vamos, que más o menos había 11 tramos en obras. Y así en otros lugares de la red, puede que no con tal profusión, pero... se mueva uno por donde se mueva siempre se va a encontrar alguna obra.
Actuaciones de Fomento
El Ministerio de Fomento ha anunciado, a través de su proyecto de inversión incluido en los Presupuestos del Estado para el 2014, actuar sobre los 26.038 kilómetros de la red estatal de carreteras en servicio, con una inversión de 2.153 millones de euros, y con la consideración de la subvención por reducción de peaje de 86 millones de euros.
El Ministerio destina a estas infraestructuras el 24 por ciento del total, cuando en 2012 era el 30 por ciento. La inversión es menor en 810 millones de euros en comparación con los 2.963 millones del año interior, es decir que el Gobierno reduce en un 27,3 por ciento. Para la construcción se destinan 1.148 millones, un 53 por ciento del total. Eran 1.084 en 2012 (37 por ciento), lo que quiere decir que en 2014 tendremos que soportar de nuevo más problemas cuando el desplazamiento se lleve a cabo por carretera.
Repite la cifra dedicada a la conservación, con 818 millones, cantidad que desde el sector se considera insuficiente, ya que se denuncia una caída importante desde los 1.257 millones de 2012. Respecto a las principales obras que nos vienen con el uno de enero, el listado supera las 50, aunque muchas están ya iniciadas y van a seguir siendo un problema para el automovilista. Destacan algunos accesos a puertos y aeropuertos, así como rondas de ciudades para convertir, cuando acaben, en más fácil los desplazamientos, tanto externos, como internos.