Aunque posiblemente su nombre no suene con tanta frecuencia como el de otras, lo cierto es que Ford es una de las compañías que invierte (y desde hace bastantes años) con más fuerza en las tecnologías relacionadas con el desarrollo de vehículos autónomos. El óvalo azul ya ha acumulado una experiencia notable en la creación de sensores de todo tipo y sistemas de inteligencia artificial aplicados al coche sin conductor, y ahora se prepara para dar el siguiente paso hacia su lanzamiento con el anuncio de que el próximo año
comenzará a probar sus prototipos en Europa.
Ford, que desde hace tiempo prueba en Estados Unidos varios vehículos equipados con la tecnología necesaria para que puedan circular sin intervención humana, ha anunciado que iniciará su fase de pruebas en Europa en 2017 con la llegada de varios vehículos a sus centros de ingeniería en Essex (Reino Unido), Colonia y Aquisgrán (Alemania). Por el momento se desconoce cuándo darán comienzo las pruebas de conducción en vías públicas.
El testeo de los prototipos en Europa es imperativo de cara al lanzamiento en 2021 de un
servicio de taxi y coche compartido que rivalizaría con el que ya están planeando compañías como
Tesla y
Uber.
Intel se vuelca en el coche sin conductorPor otro lado, Intel está dispuesta a dar un buen empujón al vehículo autónomo con el establecimiento de una división especializada en el desarrollo de las tecnologías necesarias para su comercialización.
La compañía, que anunció hace varios días
una inversión de 250 millones de dólares, ha hecho pública la creación del denominado Automated Driving Group o
ADG, un departamento que estará liderado por Dough Davis, anterior líder de la división IoT (Internet of Things) de Intel. Su mano derecha será Kathy Winter, hasta hace poco vicepresidenta de la división de software y servicios para conducción autónoma del proveedor de componentes Delphi.
Intel anunció en junio una alianza con BMW para impulsar el desarrollo de vehículos autónomos. El propósito de Intel con ADG es afianzar la influencia de la compañía en un mercado que todavía no ha nacido pero que podría cambiar el paradigma del transporte público y privado. La nueva división de Intel se encargará de desarrollar nuevas tecnologías, pero también de adquirir o invertir en
start-ups y otras compañías de interés estratégico mientras trabaja con su cartera de clientes, que incluye marcas tan conocidas como BMW, Daimler, Hyundai, Tesla y Toyota.