Si me hueles
me desmayo.
Si te miro
me enveneno.
Si te siento
me desvelo.
Tu fuerza me abruma,
tu ser me agota,
mi vida se pudre,
mi corazón se hunde.
Enseñame a nadar,
enseñame a respirar.
Eres mi mestra, eres
la única que puede enseñarme a amar.
Mis ojos sufren,
mi corazón reluce
negra sombre, brillante
de angustia y deseo.
Deseo de aprender de tu
corazón latente de maldad,
fuente de locura y nostalgia,
fuente de belleza y arrogancia.
Mis sentidos
debilitados quedan
si tu mente me piensa,
me expresa, me intenta reventar.
Si te huelo me enamoro,
más, más y mucho más;
enloquezco de ganas de
sentir tus gemidos, tus ladridos,
muero por sentir tus sentidos,
tus labios humedecidos
por la sed de ser amada,
pero no ser atada.
Libre como blanca paloma
eres surcando el cielo
de mi vida y de mi muerte.
Mi corazón me manda,
mi mente no reacciona,
no se emociona, no te siente.
Mis sentidos no te piensan,
ya no te huelen,
ahora se me mueren.
Ahora me pierden el rumbo
de tus ojos, de tus labios,
de tu aire; de mi vida.
Libre como negro cuervo
es mi alma después de ti,
después de no poderte sentir
antes de poder sobrevivir.
Sobrevivies a ti misma,
a tu brisa, a tu risa,
a tu angustia, a tu penuria,
sobrevives a tu vida, a mi muerte.
Un agujero negro ha quedado
en tu recuerdo,
si entras no regresarás,
si lo miras lo comprenderás
y si me quieres lo cerrarás.
Yo no pude elegir,
sólo pude morir,
tu no me quisiste sentir,
pero aún puedes decidir.
Reir o sufrir,
esa es tu elección.
Si me eliges, mi alma
no vagará por el Infierno,
recia, sedienta de amor
harta de pena y dolor.
Harta de guerra y pasión.
Hambrienta de vida, y de perdón.
Vuela corazón pasional,
vuela sobre el mar
de penas de tu vida,
vuela sobre su pelo,
vuela sobre tu mundo
de sueños, de inocencia,
de irracionalidad y de hipocresía.
Pasión mortal me borró,
muerte sufrida te sintió,
vida de luto vives en
tu mente,en tus ojos,
en tu cara, en tu cama.
Encarcelado es tu amor ahora,
mi marcha te duele,
te hace morir,
no te deja dormir.
Tanto dolor te hace desfallecer,
te hace perder la conciencia,
la inocencia, la bondad,
la maldad, la nostalgia,
las penas, las alegrías,
la luz;
te hace ganar la noche,
te hace ganar la deslumbrante
luz de la nubes negras de
mi mente.
San Pedro te ha recibido,
a las puertas del purgatorio.
Tu belleza le ha cegado,
tu fuerza lo ha matado.
Condenada eres en la antesala del cielo.
Tu alma allí se quedará eternamente
tu cuerpo se pudrirá rápidamente,
todo por dudar tu vida,
por dudar mi amor, por no sufrir
mi dolor, por no sentir mi calor.
Todo, por no reconocer
tu amor, por no pensar con el
corazón.