...Volveré a acostumbrarme a esas noches de infame deseo que mi cuerpo pedía y yo satisfacía.
Regesaré por aquellos caminos que mis sueños cada día alimentaban y sin piedad las destruía.
Penetraré los lugares que hasta hoy las puertas para mí cerradas estuvieron.
Perderé el miedo que me atormentaba y en noches de placer olvidaba sin razón para una vida alquilada.
Te veré pasar más noches sin voltear a ver que existo y que en ti pienso y vuelo.
Te abarazaré, besaré, amaré, al despertar veré mis sábanas húmedas por aquel placer no consumado.
Sostendré tu corazón en mi manos y deboraré tus entrañas para ocultar nuestro pecado.
Miraré la luz del sol y mis sueños cubriré en la sombra que tú ocultas sin necesidad.
Cruzaré mi soledad de la mano con la melancolía y reflejaré mi alegría en un vaivén de mentiras.
Acompañaré a mi soledad de la risa, del llanto y de tu vida que yace en un ataúd.
Terminaré mis días junto a tus noches, sin luces que opaquen el placer de tu sexo.
Suplantaré mis necesidades por la tuyas y sin más motivos ingresaré a tu vientre.
Reiré por la tristezas que me causas y entre la noche a carcajadas moriré.
Me perderé en tu laberinto que tus labios me ayudaron a encontrarlo y perderlo.
Navegaré con rumbo fijo sin brújula, sin mares, sin ideas mas a tu cuerpo llegaré.
Saludaré tu sexo, gozaré de tu vagina y en mi sueños tus lágrimas me cubrirán. Moriré. No! ya estoy muerto.