Wenas gente!!
Se me ocurrió hace un par de dias una idea para un relato corto de humor, y en esta tarde-noche la he llevado a cabo. Es una pequeña visión humoristica del génesis, con una pequeña sorpresa añadida al final ^^
Espero que nadie se sienta ofendido por este texto. Y al contrario, espero arrancar al menos una leve sonrisa de todo aquel que lo lea, ya que sino no habré logrado mi objetivo. Pero bueno, vosotros direis, ahi os lo dejo. Espero que lo disfruteis!!
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GÉNESIS, APOCALIPSIS Y DIOS
Antes que nada, he de aclarar que si una vez existió el Mundo, fue únicamente porque Él lo quiso. Y si dicho lugar fue tan pintoresco y bello como llegó a ser, fue exclusivamente por deseo del Creador. Él era el soberano, omnipresente y omnipotente, y nada escapaba a su control.
En el principio Dios concibió el espacio, y de su condensación extrajo la materia, a la cual otorgó leyes y propiedades. También concibió la energía para poner concordia entre el extremo del espacio y el de la materia. Y vio Dios que no empezaba mal la cosa...
Dios caviló durante extensos periodos de tiempo intentando decidir si hacer el espacio finito o infinito, y ante la imposibilidad de decantarse por una decisión, Dios optó por el término medio: hacerlo finito pero en continua expansión, de manera que nadie podría toparse nunca con su fin.
Dijo Dios: "Haya materia", y hubo materia (para algo era omnipotente): una pequeña formación con una cantidad inconmensurable de masa en su interior. Con una simple orden dicha acumulación estalló desperdigándose por todo el espacio creado, y así se formo el Universo. Esperó el Creador pacientemente a que la materia se fuese juntando y enfriando, formándose las constelaciones y las galaxias. Y vio Dios que el asunto iba tomando aspecto...
Dios eligió un pequeño planeta (como podría haber elegido cualquier otro) y se puso a trabajar sobre él. Vio Dios que ya tenía la luz, las tinieblas, el firmamento y dos lumbreras (¿?), así que decidió moldear la superficie de dicho planetoide. Cubrió tres cuartas partes de su extensión de agua, y en la restante quedó al descubierto la desnuda roca; Dios decidió llamar (no se sabe aun cómo, ya que desconocemos si hablaba algún idioma o no) al cúmulo de aguas "mares", y al suelo seco "tierra". Y vio Dios que los nombres sonaban bastante bien.
Dijo Dios: "Hágase la vida", pero por muy poderoso que el Creador fuese la vida era demasiado complicada para hacerse por si sola (tanta omnipotencia...), con lo que Dios tuvo que crear la vida por sí mismo. Diseñó Dios (no sin esfuerzo y labor prolongada) la primera forma de vida, un pequeño ente microscópico y autónomo, y lo depositó en las aguas para que se reprodujese y evolucionase, llenando la Tierra de vida. Este pequeño bichito feneció, por lo que Dios tuvo que repetir todo el dichoso proceso para sustituirlo por una nueva forma de vida (mejor preparada, todo hay que decirlo). Esperó pacientemente una vez más y vio como la vida se adueñaba de la superficie del planeta en sus distintas formas y esplendores. Y vio Dios que el conjunto le había quedado bordado...
Se maravilló el Creador contemplando su obra, pero mientras este observaba la diversidad y belleza del mundo, una gran masa de roca cayó sobre su amada Tierra. Para su desgracia (e irritación) dicho meteorito acabó con la vida sobre la faz del planeta, quedando solo un reducto de la misma en los mares. Tuvo Dios que trabajar una vez más para recomponer el estropicio causado y dilucidó entonces reconducir la evolución hacia una nueva forma de vida mucho más bella y útil.
Y entonces Dios, después de una ardua tarea de I+D, creó al ser humano a imagen y semejanza suyo, dotándole de inteligencia y maña para sobrevivir en el mundo. En este momento fue cuando, en un arrebato de innegable vaguería, el Creador determinó no volver a intervenir de manera directa sobre el mundo, y se dedicó a contemplar y estudiar la evolución de su obra. De nuevo tuvo el Creador que esperar (aunque no era precisamente paciente) a que el ser humano colonizase la faz de la Tierra y evolucionase culturalmente. Y vio Dios que le había puesto la guinda al pastel.
Pero un día Dios sintió envidia de sus propios hijos, ya que estos gozaban de experiencias y sentimientos que el Creador apenas podía comprender, y determinó bajar a la Tierra para vivir como humano y rodeado de humanos. E hizo así Dios los preparativos pertinentes. Aproximadamente dos mil años después de la llegada de uno de los profetas más importantes de la Tierra (hay que aclarar que era un falso profeta... de locos estaba el mundo lleno) Dios preparó la concepción de un retoño que albergaría su alma en el futuro, permitiendo al Creador pasearse entre las flores del jardín que él mismo había cultivado.
Cuando esta criatura creció y cumplió las dieciséis primaveras, Dios se introdujo en su cuerpo, y comenzó su andadura como ser humano. Decidió vivir como un humano normal y corriente, y determinó no desvelar su identidad ni hacer uso de sus poderes. De esta manera Dios saboreó la existencia desde la vertiente humana, y se llenó de maravillosas experiencias. Creció entre unos padres amables y cariñosos, y rodeado de un ambiente envidiable. Estudió Derecho durante su juventud (ya que, aunque era bastante irascible, de justicia iba bastante escaso) y en su madurez gozó de trabajo y familia. Y vio Dios que se lo pasaba como un enano entre los mortales.
Desgraciadamente, llegó el día en que el creador tuvo que abandonar a su amada Creación. Inexplicablemente, tras 40 años de estancia en la Tierra, notó como su alma se separaba de su cuerpo. Y mientras su envoltorio material quedaba sumido en un profundo coma, su esencia se elevó hacia el firmamento y allí desapareció para no volver jamás...
- Joder mamá, ya me has vuelto a cortar la partida en el momento más interesante.
- ¿¿He oido "joder"?? ¿Se puede saber donde te han enseñado a hablar así? Si ya me dijo tu padre que no teníamos que haberte comprado ese dichoso trasto... que no podía ser bueno... ¡¡Algún día se te fundirá el cerebro!! Siempre estas jugando a esa... ¡a esa cosa! Ya no hay tiempo para nada más: ni estudios, ni familia, ni amigos... ¡Nada! Y no pienso consentir que te eches a perder de esta manera... ¡Ya hablaremos con tu padre durante la cena! Y ahora ayúdame a poner la mesa si no quieres que me enfade de verdad, ¡vamos!
- Vale, vale... dame al menos cinco minutos a que salve la partida y...
- ¡¡¡Ni cinco minutos ni leches!!!- La madre del Creador, todopoderosa y omnipotente, se abalanzó sobre la envoltura del universo y le negó el sustento. Así el mundo desapareció por siempre jamás, al igual que todos sus habitantes... Fue el llamado Día del Juicio Final, aunque hay que reconocer que no fue tan apocalíptico como los habitantes de dicho mundo habrían esperado: simplemente desaparecieron sin más. Sin alegría ni dolor. Sin pena ni gloria.
- ¿¿Pero qué cojones?? -El Creador miró enfurecido al Apocalipsis personificado-. Acabas de mandar a la mierda las tres horas que había empleado, y esta vez era de las que mejor partida me había salido. ¿Ahora como voy a recuperar la...
- ¡¡¡A LA COCINA!!! ¡¡¡¡YA!!!! Y te pienso lavar la boca con lejía, ¿qué clase de lenguaje es ese, eh?
Y así, cabizbajo y frustrado, el Creador acompañó a su madre hasta la cocina, después de haber visto truncados sus sueños. De todas formas su cabeza bullía de ideas que emplearía en la creación de un nuevo mundo repleto de vida, que le permitiría evadirse de la aburrida rutina que suponía su vida en la Tierra...