Cada día estoy más convencido del objetivo de Google de crear una Internet en la que ellos controlen todo, desde la infraestructura de red hasta las aplicaciones que se ofrecen, dejando a los demás el proveerles de contenidos para sus servicios. El último paso que han dado para ello es Google Public DNS.
El servicio DNS es el que se encarga de convertir las direcciones legibles por humanos, por ejemplo
http://www.genbeta.com a direcciones IP, en este caso 81.93.210.74. Normalmente, cada proveedor de Internet ofrece servidores para realizar esta función, aunque lo cierto es que no siempre estos son los óptimos.
Google Public DNS quiere ser el servidor DNS elegido por los usuarios y, para ello, se propugnan como muy rápidos y seguros. Con la infraestructura de la que disponen es fácil ser muy rápidos y por lo que respecta a la seguridad también han implementado una serie de medidas para que el servicio no se vea afectado.
Configurarlo es tan sencillo como ir a las preferencias de red de nuestro ordenador y utilizar los servidores 8.8.8.8 y 8.8.4.4. Eso sí, mejor probarlo bien antes de convertirnos en clientes habituales de este servicio para ver si la velocidad ofrecida es mejor o peor que la que nos da nuestro ISP.