El servicio de
streaming de música en línea Grooveshark podría tener que pagar cientos de millones de dólares a las principales discográficas, después de que un juez estadounidense
haya dictaminado de forma previa al juicio que empieza este lunes, que la compañía violó los derechos de autor de forma “voluntaria” y con “mala fe” en cerca de 5.000 canciones.
El juez Thomas Griesa, quien presidirá el juicio celebrado en Manhattan, dijo en una orden que a causa de las acciones de Grooveshark comunicará al jurado que pueden optar por imponer el máximo legal de 150.000 dólares por daños y perjuicios por cada canción. Los miembros del jurado también tienen la potestad de asignar menos. Pero si optan por el máximo, la compañía matriz de Grooveshark, Escape Media Group Inc, podría verse obligada a pagar más de
736 millones de dólares.
En
septiembre de 2014, el juez Griesa dictaminó que Escape y sus fundadores, Samuel Tarantino y Joshua Greenberg, eran directa e indirectamente responsables de haber subido de forma ilegal cientos de canciones de artistas como Madonna, Eminem, Bob Marley o Jay-Z para aumentar la popularidad de Grooveshark.
“Por favor, compartir toda la música posible desde fuera de la oficina y dejar el ordenador disponible siempre que podáis”, escribió Joshua Greenberg en un correo electrónico a sus empleados en 2007. “Este contenido inicial es el que ayudará a nuestra red a comenzar: es muy importante que todos ayudemos! Si tenéis espacio disponible en el disco duro de vuestro equipo, os animo vivamente a llenarlo con cualquier música que se pueda encontrar”.
Durante el juicio, Escape espera limitar sus pérdidas con el argumento de que entre el 2007 y 2009 mostraron buena fe al contactar con las discográficas demandantes en un intento de negociar acuerdos de licencia. En todo caso la compañía se prepara para lo peor.