en el desesperado futuro del 2011 solo hay GUERRA!
Guerra, una absurda y desoladota guerra. Decisiones absurdas habían llevado al colapso a nuestro gobierno y habían levantado a hermanos contra hermanos en una fraticida guerra civil. La violencia de la guerra nos había empujado hasta el fin del mundo. Había visto morir a muchos seres queridos en mi huida hasta el mísero refugio en el que vivía. No teníamos ningún bando definido y éramos despreciados por los soldados de ambos bandos en aquella ciudad fronteriza. Solíamos caminar entre las ruinas en busca de comida, en tiempos de hambre cualquier cosa es buena.
Registrábamos una ladera cuando las trompetas del Apocalipsis anunciaron la lluvia de fuego.
-¡Aviones! ¡Al refugio!
No logre identificar de que garganta procedía el grito, pero corrí desesperadamente, pero mi camino estaba cortado, los militares habían previsto nuestra huida y nos esperaban en un túnel semiderruido cercano a nuestro refugio. Vestían uniformes con adornos negros y blancos, no puedo asegurar de que bando eran ya que había tratado de alejarme de la guerra en la que estaba inmersa. Ahora los tenia enfrente mía, los horrores de la guerra humanizados en crueles soldados, soldados que nos miraban malévolamente mientras apuntaban sus armas. Gritamos, suplicamos, pero solo nos contestaron sus risas, no pude aguantar mas la presión y cerré los ojos, esperando que llegase rápido mi final. Escuche disparos, pero no sentí nada, el cuerpo me parecía muy ligero, los nervios hacían que todo sentimiento externo quedase anulado. Abrí los ojos y contemple sus cuerpos, los soldados yacían delante nuestra, con gran sorpresa busque a mí alrededor, “allí” alguien grito y gire mi cabeza para ver una figura. Vestía completamente de negro y llevaba un casco parecido al de los soldados, una mascara de gas le tapaba la cara, ocultándonos su identidad. Por debajo de su abrigo se veían muchas cintas, posiblemente llevaba algún tipo de coraza o chaleco antibalas. Al principio me horrorice, pensé que era un loco que se dedicaba a matar a todo el que se cruzase por su camino, pero el tiempo pasaba y seguía allí, inmóvil, con un antiguo rifle apoyado sobre una de sus rodillas. Había algo en la extraña figura que me resultaba familiar, pero por mucho que mire por los visores de su mascara solo logre ver mi reflejo en ellos.
Se esfumo, desapareció entre los riscos tan rápido como había llegado, seguimos andando entre las explosiones asta nuestro refugio y 30 metros mas adelante volvimos a encontrarnos, nos indicaba con su palma de la mano que nos detuviésemos mientras miraba tras unas rocas, luego hizo gestos para que cambiáramos de ruta. Nos comenzó a seguir, como mudo guardaespaldas nos acompaño asta el refugio. Le invitamos a entrar, nuestro refugio no era gran cosa pero era mejor que la superficie. Dejo su rifle sobre una mesa y deslizo sus dedos por detrás del casco, una cara conocida me sonrió al liberarse de la mascara.
-¿Qué... qué haces aquí?-pregunte- Porque te has alejado de la seguridad de la capital?
-Te prometí que volvería a buscarte y aquí estoy. Nos vamos - Dijo sonriendo.
-No puedo dejarles aquí.
-Entonces los sacaremos a todos-Dijo mientras me tendía un arma.