Como dama, si he de darme por ofendida, me doy; si he de recibir poemas, los espero. Al igual que al caballero que tenga en gracia de Dios y su armadura, despuntar con su lanza poemas de amor poemas.
Estoy segura de que las carnes de todas las eolianas temblarán viéndoos luchar en el campo de batalla. Partid, presto, a la guerra.