Habitáculo de la humillación

De repente abrió los ojos, estaba en medio de una habitación oscura con una sola bombilla en el techo, se puso en pie y rozaba prácticamente el techo, y los laterales estaban separados entre si unos dos metros, no sabía muy bien como había llegado allí, tenía el pulso acelerado y tenía punzadas en la cabeza. Se miró la muñeca en busca del reloj, pero no lo tenía, se tocó el cuello para hallar en él su cruz, que colgaba allí desde pequeño, y no encontró nada.

Empezó a sentir un sudor frío correr por la sien, estaba realmente asustado, se sentía prisionero, pero no sabía muy bien de quien ni en donde. Intentó analizar lo que había hecho las últimas horas, y recordó como se fue a la cama la noche antes como cualquier otro día. O lo mismo no sería el día antes, no lo sabía con certeza ya que no podía ver que día era. Era un trabajador normal y corriente, no creía que lo tuvieran allí por dinero. De repente le vino a la cabeza un tema que leyó en internet respecto al trafico de órganos, y se llevo las manos a los riñones, corazón, estomago… y pudo comprobar que todo estaba en su sitio, y que no tenia ningún tipo de marca en su cuerpo. Se sentía aliviado por esto, pero a la vez asustado por estar allí, sin ningún tipo de indicio ni pista que le hiciera dilucidar que demonios hacia allí.

Se tranquilizó un poco, y empezó a inspeccionar la habitación, se sobresalto al ver que no había ninguna puerta en los laterales ni en el suelo, por lo tanto, solo podía haber accedido desde el techo. Se imaginaba que eso era una especie de zulo y que lo habían metido ahí para pedir algún tipo de rescate o algo.

No imaginaba a quien podrían presionar ya que no tenia mujer ni hijos, y su relación con la familia no es que fuera excepcional que digamos, había tenido varios enfrentamientos con sus padres y no se hablaba con sus hermanos. Pensó si tenia enemigos como para hacerle eso, pero no se le ocurrió nadie, puesto que era una persona poco social, no tenia amigos mas bien eran todos conocidos. Ahora si que estaba realmente asustado, pues se dio cuenta, que nadie lo echaría en menos, se encontraba en paro desde hace unos meses, por lo tanto, en ese momento era invisible.

De repente observó en el techo al lado de la única luz que alumbraba la habitación, una especie de marcador digital, se le había pasado por alto antes o estaba apagado, pues cuando chequeo el habitáculo no vio nada especial. Se acerco para ver que hora marcaba, se le acelero el pulso al comprobar que no había ninguna hora en concreto, sino que ponía la palabra OFF seguida de una cuenta atrás que marcaba 2:00 h. Nunca en su vida había sentido agonía ni pánico, pero no se imaginaba que fuera así, tenia opresión en el pecho y tenia la sensación de que se quedaba sin aire.

Se resigno y se sentó en el suelo, se llevó las manos a los bolsillos, y se quedo petrificado al notarse un papel en el bolsillo derecho. Lo sacó y vio ante si una nota, se acerco a la luz y pudo leer:

“No se puede vivir sin tener vida, no se puede amar sin conocer el amor menciona el nombre de la persona mas querida, para obtener tu salvación”.

No comprendía el significado de la nota, no entendía que podía querer decir esas palabras, solo sabia que era algo que tenia que intentar descifrar si quería salir de allí.

Miró el reloj, marcaba 1:48, el segundero parecía que iba a mas velocidad de la cuenta, el tiempo corría sin mirar atrás, y le aterraba pensar que podría pasar cuando el marcador estuviera en el 0:00. Analizo la nota y grito en alto “mi madre”, no paso nada. Intento con el nombre de pila, con su padre con sus hermanos, pero no ocurría nada. En el fondo lo entendía, pues no eran esas personas a las que mas quería, en realidad no quería a nadie, y de ahí viene la parte de la nota de “no se puede amar sin conocer el amor”, no había tenido nunca pareja, pues pensaba que no existía el amor, que eso eran relaciones de conveniencia.

1:25. El reloj seguía su camino, y el empezaba a notar mas calor de la cuenta, al principio creía que era sus estado de alerta lo que le hacia sudar cada vez mas, pero poco a poco se fue dando cuenta que era la temperatura ahí dentro la que aumentaba a cada minuto, ya se había desprendido del chaleco, y de la camiseta. Tenia el torso al aire, le recordaba a las veces que iba a relajarse al spa del centro de la ciudad y se metía en la sauna, cada minuto que pasaba era como una cucharada de agua a las piedras calientes.

0:58. Se sentía abatido, solo sabia decir nombres al aire, incluso menciono a sus sobrinos, a los que ni si quiera conocía en persona, solo por las fotos encima de la entrada de casa de sus padres. No tenia pantalones se había quedado en ropa interior y el calor allí podría rondar los 50ºC, ya imaginaba que pasaría en el 0:00, se veía ardiendo pues no veía mejor final para su situación.

0:45. Empezaba a faltarle el oxigeno, acababa de gritar el nombre de Dios, pues aunque no creía en nada, pensaba que lo mismo podía ser un jodido chiflado que creyera que estaba haciendo un acto del señor. Pero no pasaba absolutamente nada. No se podía imaginar que eso le estuviera pasando a el, no había dañado nunca a nadie, ni molestado a nadie. Si en realidad su vida era una mierda, no tenia aprecio por nada ni por nadie, si querían que recapacitara sobre su manera de vivir que se lo hubieran dicho, y no joderlo de esta manera. Y si querían matarlo, a que esperaban, porque no le ponían el grill a ese puto horno, ya se imaginaba las barras naranjas encima de su cabeza, y un jodido capullo sazonándolo a su gusto.

0:30. Empezaba a delirar, no sabia bien lo que pensaba, estaba acorralado, gritando nombres al azar. había gritado incluso Madonna, Franco o Zidane, la temperatura empezaba a ser insoportable, sabia que se deshidrataría en breve, allí no aguantaría ni 40 minutos, por eso sabia que cuando llegara el contador a 0:00, le quedaría poco de su asquerosa y patética vida.

0:10. Se quito los calzoncillos y se quedo completamente desnudo, se miro a si mismo y se dio hasta pena. Sabia que su vida no merecería la pena, que nadie lo echaría de menos, pero en realidad no quería morir, no quería acabar así. había pasado su vida sin pena ni gloria, era consciente de que tenia muchas cosas por vivir, aunque supiera que no lo había intentado hasta ahora.

0:00. Llego la hora clave, pito el reloj, y estaba tirado en el suelo apenas sin poder respirar. “Menudo final” pensaba para si mismo, el allí tirado como un pordiosero en el suelo de un cuarto oscuro, sin ropa. Sin nada que ocultar, sin nada que tapar, sin nada que esconder. Le quedarían unos minutos de mísera y triste vida, y al final no se le ocurrió nada que decir, ningún nombre que gritar, pues es verdad que no quería a nadie, no admiraba a nadie, solamente a el mismo. Tenia poco oxigeno en el cerebro, pero lo poco que le queda reacciono ante la ultima idea que le pasaría por la cabeza “no admiraba a nadie, solamente a el mismo”, entonces saco aire de sus pulmones y con gran esfuerzo grito su nombre.

El techo se abrió.
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