De este juego he leído siempre comentarios en tono de guasa que me daban a entender que me encontraría con un juego muy malo. Y la verdad, no entiendo a que viene tanta broma con este juego. Pepsiman es un buen juego y además, uno muy divertido que ha aguantado mucho mejor el paso de los años que grandes pesos pesados de esta generación. Evidentemente en su momento no tenía novedoso ni puntero más allá del carisma del personaje y el propio tono de humor con que el propio juego se parodia a si mismo. Vamos, que el primero en saber que es un producto de bajo presupuesto es el propio juego y se la suda, aquí hemos venido a divertirnos.
También hace años leí un montón de burlas sobre Pepsiman al compararlo con Mario 64, Ocarina of Time, Goldeneye, Gran Turismo y yo que sé que más. Y sí, es cierto Pepsiman no es mejor plataformas 3D que Mario 64, ni mejor FPS que Goldeneye, ni mejor simulador de velocidad que GT ni mejor aventura de acción que Zelda. Más que nada porque no pertenece a ninguno de esos géneros, Pepsiman es un runner y uno bastante bueno me atrevo a decir. Por tanto, podemos usar la misma argumentación y decir que Pepsiman es mejor que Ocarina of Time, concretamente mucho mejor runner. A decir chorradas podemos jugar todos.
Y por cierto, el género de runners en esta generación no abunda y la mayoría suelen ser malillos, si no recuerdo mal en N64 está sólo Paperboy (malillo) y en PSX he encontrado varios, pero sólo este y otro merecen la pena por ahora.
Dicho lo anterior, es innegable que los runner son juegos simples que atraen por proponer un reto de habilidad al jugador, por lo general no atraen la atención del gran público. Ni siquiera una joyita como Bit.Trip.Runner logró llamar un mínimo de atención entre el público de Wii, Pepsiman fue exclusivo de Japón imagino que porque las expectativas de venderlo tampoco eran muy altas. Es una verdadera pena que Pepsi no se animase a regalarlo en Occidente por la compra de una determinadas cantidad de sus refrescos por ejemplo. En Japón se vendió como un juego barato, pero lo cierto es que para ser de bajo coste, claramente comercial y de un género que no suele estirarse mucho con la duración, Pepsiman lo hacía con cuatro fases dividas en tres niveles, es decir 12 retos o pruebas. Además era bastante rejugable ya que además de conseguir recolectar las 100 latas de pepsi de cada nivel (esto requiere bastantes intentos) se puede repetir fases para intentar hacer mejores tiempos. No es nada novedoso, pero sirve incluso hoy para unos piques rápidos veraniegos con algún colega que vaya de visita.
Y como runner no hay mucho más que decir, es en 3D a veces con la cámara a nuestra espalda y otras frontal. Deberemos esquivar montones de objetos desplazándonos, saltando o arrastrándonos por el suelo. La música es muy buena y divertida, en clave de humor-parodia y aunque gráficamente no tiene nada excesivamente llamativo, tampoco tiene nada que con los años haya envejecido mal, es lo bueno de los juegos y mecánicas simples: los años les sientan muy bien.