Aprovechar lo que queda del verano cabrones... Aquí va un pequeño relato, cosecha propia:
HISTORIA DE UN INCIDENTE:
Lunes 28 de julio, 9 de la tarde. Me vienen a buscar a mi casa para ir a una comilona con los amigos, son las fiestas del pueblo de uno de ellos y tocaba pasarlo bien, como el año pasao por lo menos.
Entonces empezamos a comer tranquilamente, que si jamoncito, que si tortilla, chorizo del güeno y un sinfín de platos que hacen las delicias de todos, ah! y sobre todo sidra, mucha sidra, al menos para los que comíamos con sidra respetando así la esencia de una espicha, alejándonos de los herejes de las cocacolas y las cervezas.
La cena fue un lujo, engordamos cada uno 5kg, equivalente a comer cada uno un famoso barco de carne. Tocaba bajar la comida ¿cómo? ¿yendo al prau de la fiesta? No! Yendo a jugar al fútbol, tajaos, una de las mejores experiencias por las que un hombre puede pasar (vosotros chicos lo sabréis).
Una vez que habíamos sudado como auténticos gorrinos, hicimos lo propio, bajamos a la fiesta del pueblo con una sobacada que no era ni medio normal, quizás el olor corporal atraería a alguna hembra aunque lo normal sería que hiciera el efecto contrario. Llegamos a la fiesta, vemos el percal, no más de 50 personas allí, de las cuales chicas alegres de aproximadamente nuestra edad... Mmmmm ¿2? tirando por lo alto, entonces actuamos como verdaderos paisanos y fuimos a hacer lo que un paisano hace en esas condiciones, ir a por un cacharru.
Armado de valentía me fui a ver a un familiar, el cual, por increíble que parezca, no se escandalizó por verme en la fiesta, ni por ir tajau, ni por ir con una sobacada del quince, ni por llevar un sabroso vodka-limón en un vasu de sidra, al fin de al cabo sabe lo que hay, y lo que hacía era (como buena persona), aconsejarme que fuera a Pañeda y no a las fiestas de Aramil. Entonces llegó un momento de lucidez... Veo la atracción de les cames elástiques vacíes y le pregunto -oye, ¿dejaranme subime allá arriba?. Me mira con una sonrisa en la cara y replica -ayer subieron los de la comisión de festejos, a lo que contesto -¡entonces si dejan subir a gente que me dobla la edad seguro que a mi también!
Me fui de ahí para ver a mis amigos y darles la buena nueva: Camas elásticas. Con la ilusión de unos niños y con algún calcetín roto, nos dispusimos a subir a las camas al precio de 2.5€ por persona. Y allí estábamos, jovenzuelos de 23-24 años saltando como jovenzuelos de 8-9 años ¡y lo bien que nos sentíamos! Entonces, prestad atención a lo que os voy a contar: Alcohol + Camas elásticas = Deporte de riesgo, y el riesgo se fue directamente hacia mi rodilla en una desafortunada caída, quiero que sepáis también, que entre las camas elásticas, a pesar de haber una minicolchoneta, hay "duro" y si caéis ahí podéis haceros daño chicos, creedme. Mi rodilla se fue pa un lao y pa otro y yo al sentirlo me tumbé en una colchoneta, ante la mirada atónita de mis amigos y entre algún hijoputa que botaba a mi lao, la fiesta se había acabao, no podía caminar, no había Pañeda, ni mujeres, ni siquiera más alcohol, solamente una valiosa lección: Les atracciones de los guajes son pa los guajes, por mucho alcohol que llevéis encima.
Podría seguir contando el relato y la inefectividad de la Seguridad Social, pero lo resumiré en que de momento me pasaré unos 3 días de reposo absoluto, hielo e ibuprofeno, pero tranquilos chicos, aún conservo la sonrisa, estoy bien ^_^
¡Espero que alguno aprenda la lección!