Pep arengó ayer a los suyos para hacer un último esfuerzo en el tramo final que dé sentido a la temporada
Pep Guardiola está utilizando todos los recursos que dispone a su alcance para salir victorioso de la batalla que se avecina en las semifinales de la Liga de Campeones.
De cara afuera ha asumido sin complejos el papel que le han autoimpuesto desde la capital de víctima, de cordero degollado que va al matadero, de equipo inferior ante la apabullante muestra de potencial y plantilla que presume el todopoderoso Real Madrid de Florentino y Mourinho, o al menos esa es la etiqueta que le han colgado desde Madrid tras conquistar la Copa del Rey, pero de cara adentro está adoctrinando a sus hombres para que tengan muy claro que están a dos pasos de una final, llamando a toque de arrebato para hacer una machada y devolver al equipo a su sitio, convenciéndoles, si eso hace falta, que son los mejores y que se van a llevar la semifinal a Barcelona, en definitiva, marcando el camino hacia la gloria. “Iremos a la final”, así de claro, tajante y taxativo se empleó ayer el entrenador del Barcelona para inocular una buena dosis de optimismo y disipar de paso cualquier duda o atisbo de incertidumbre entre sus hombres ante lo que se les viene encima en las próximas dos semanas.
Es cierto que el capítulo de las lesiones ha dejado al equipo en una situación `in extremis¿ y que las fuerzas a estas alturas de la temporada empiezan a flaquear a más de uno, pero Guardiola les volvió a recordar que “si la cabeza puede, el cuerpo puede; el cansancio no existe más que en la cabeza”.
“Somos los que somos, no vale la pena lamentarse”, insistió el entrenador, haciendo especial hincapié que las excusas son siempre mal acompañantes de viaje porque solo sirven para lamentarse y dejar de asumir responsabilidades.
PSICÓLOGO
Guardiola recurrió más que nunca a la arenga piscológica ¿pese a que él aborrece que le tilden como un gran psicólogo¿ para reconducir la rabia de unos jugadores que tienen el orgullo herido tras perder la primera final en los últimos dos años. Pep quiso tocarles la fibra, consciente que cuenta con un puñado de hombres capaces de lo mejor y que nunca desfallecen en los momentos importantes de la temporada.
El técnico quedó más que satisfecho al ver la reacción de sus hombres tras sus palabras, constatando que acuden al Bernabéu en el mejor de los escenarios posibles: con un Real Madrid eufórico, lanzado y creyéndose el ombligo del mundo y con un Barcelona que muchos dan ya por finiquitado, sin fuerzas ni ideas.
Siempre que el equipo blaugrana ha ido al coliseo blanco en el papel de víctima ha conseguido dar uno, dos y hasta tres zarpazos. Fue capaz de ganar 1-2 en Liga en la primera temporada de Rijkaard cuando nadie daba un duro por los blaugrana, también de empatar 1-1 en las semifinales de Champions, con Rexach como entrenador, con un equipo lleno de dudas e inmerso en plena crisis o ya en los casos más recientes, un 2-6, cuando en Madrid hablaban de `canguelo¿ blaugrana, o de un 0-2, cuando Pellegrini parecía amenazar la hegemonía blaugrana en la Liga.
De hecho, la última visita de los blaugrana al feudo blanco, hace pocos días, acabó en un 1-1, con una superioridad aplastante del Barça, que lograba con este empate encarrilar casi definitivamente su tercera Liga consecutiva.
Pese a todos estos antecedentes, desde Madrid se sigue vendiendo el fin del reinado blaugrana y la constatación del poderío blanco ¿tras una victoria y en la prórroga en los últimos siete enfrentamientos que han disputado¿.
Toda esta euforia enfebrecida que llega desde la capital le está favoreciendo a Guardiola para ir encorajinando a los suyos, para que se den cuenta que tienen una oportunidad única de llegar a una nueva final de la Champions y dar una enésima alegría a una afición que sigue confiando ciegamente en ellos.
“Estos nunca fallan y saben que os deben una”, fue la declaración de intenciones de Pep a la afición en la última celebración de la Liga en el Camp Nou, refiriéndose a la Copa de Europa, ya que el equipo cayó con la cabeza alta en las semifinales ante el Inter, precisamente del infame Mourinho. Pues ahora ha llegado el momento de la vedad, de resarcirse de las viejas heridas y de dar un golpe definitivo en la mesa
Se rumorea, por cierto, que llourinho se iría este año y pondrían a rafa benitez si hubieran más diferencias con la directiva, que incluso hay un acuerdo firmado