Falkiño escribió:Eso lo sabe todo el mundo. La cosa es la que sigue: los millones que se lleva UNICEF por nosotros hacen que la ONU nos deba favores (recordad que UNICEF es una fundación de las Naciones Unidas). Entonces el malvado Pep, cabecilla de todo, perdona las deudas de sus drogas y los favores homosexuales a la Generalitat a cambio de que presionenmpor esos favores de UNICEF gracias a la silla permanente que tiene Cataluña, nación de naciones, en el Consejo de Seguridad.
La ONU entonces actúa de oficio y va a joder a la UE, cuya política está atada a la UEFA ya que es su mitad (ya se sabe, UE-fa, el nombre la delata) y entonces nos ofrecen árbitros para regalarnos alguna Copa de Europa. Entonces hablan con la RFEF, supeditada a la secreta y hermética CFCF (Condal Federación Catalana de Fútbol), algo así como el Priorato de Sión a los templarios en el Código Da Vinci de Dan Brown. Claro, Villar es, a parte de dirigente de la RFEF, Gran Maestre de la CFCF y coloca a altos cargos de la orden para arbitrar partidos del Barça; mientras metemos de iniciados a los del cotarro televisivo, los cuales deben probar su lealtad haciendo que el Real Madrid descanse menos (esto en coordinación con UNICEF y la UEFA para joderles las Champions) y que jueguen más tarde que nosotros (en consecución de los dictados por la secreta CFCF).
La trama no deja ningún cabo suelto como se ve; quien no me crea está ciego.
Salu2!
Hombre, te falta hablar de la droga que movemos. Aqui hay dos hombres clave. Tito Vilanova. Al que todos creemos catalán de Bellcaire de l'Empordà. Pero que en realidad nació en Vilanova de Arousa (de ahí su apellido) y es un enviado del "Clan de los Charlines" gallego, al cual hemos conseguido impunidad a través de Unicef-ONU-UE para que puedan volver a faenar tranquilos a cambio de que nos pasen un 20% de la droga que mueven. Un ejemplo de los favores que les hemos hecho a estos narcos gallegos es la caída de garzón, que con la operación Pitón desarticuló la trama y al que hemos apartado de la judicatura a través de nuestros contactos en el Tribunal Supremo, para evitar posibles interferencias. El otro hombre es Pinto, gaditano con muchos contactos en el mundillo de la droga gibraltareña y que nos consigue buenísimas partidas de droga a cambio de favores sexuales y entradas VIP al Bagdag.
Una buena parte de todo este material que nos consiguen Pinto y Vilanova va directo al vestuario para consumo propio, pero buena parte se destina a la compra-venta de voluntades, usandose para lubricar relaciones de todo tipo: desde Unicef hasta la mismísima Duquesa de Alba.
Precismaente con esta señora tuvimos nuestros peores momentos hace unos años. Pues la idea de la droga no es nueva, ya la aplicó Johan Cruyff para lograr sus éxitos (en el mundo fiestero londinense es mítica la fiesta de putas y cocaína que celebramos con Aaron Schmidthuber en recompensa por su arbitraje, o la que le pagamos a los jugadores del Kaiserslautern por dejarse marcar en el último minuto). La verdad es que al principio todo funcionaba muy bien, ganamos ligas a mansalva, Champions... cuando se fue Cruyff se perdio parte de la estrcutra de compra-venta de droga. Pero Robson pudo mantenerla bastante a salvo, importando él mismo el asunto impregnando su pelo en cocaína para no levantar sospechas en los controles. Van gaal también tuvo sus truquillos para mover droga, básicamente llevaba coca en paquetes de harina y chocolate de fumar envuelto en Milka y a base de acusar al policía de ser muy negativo, nunca positifo lograba hacerles creer que eran los ingredientes para un bizcocho y no el mecanismo de tráfico de influencias por antonomasia. El declive llegó con unos mindundis como Serra Ferrer i Reixac que de droga sabían tanto como de fútbol, cortandola demasiado y llegando a vender polvo de mortero puro como cocaína de primera. Como ya dije la Duquesa de Alba era gran clienta nuestra... y claro, no pasó mucho tiempo hasta que le empezaron a dar unos chungos de aúpa, corriendose la voz y acabando nuestra marca por el suelo... lo que nos hizo perder toda capacidad de influencia en las bambalinas del fútbol y la geopolítica. Reducido nuestro poder al aspecto deportivo nos tiramos cinco años sin ganar un duro. Hasta que llegó el gran Rikjaard con las maletas llenas de maria recién traída de Amsterdam... el resto ya es historia.