Me decía una persona que no quiero descubrir, porque lo dejaría desnudo, que tras ganar dos Champions, el marqués Del Bosque había perdido todo el respeto de los jugadores, que se habían vuelto unos anarquistas, unos enfermizos narcisos, que se creían superiores en todo. Sobre todo, en dejar de correr para ganar partidos.
Del Bosque fue dimitido sin remisión. Había perdido el control del equipo. Es el mismo caso actual de Zidane. El francés ha perdido la obediencia del conjunto. Cada jugador hace la guerra por su cuenta y algunos ni corren. Agravado todo ello porque el Narciso Ronaldo está en plena crisis. Sólo un gol en la Liga del mejor jugador del mundo, según algunos, no puede resistir ningún análisis. Se encuentra en en el ocaso de su carrera, por mucho que le renueve el club.
Otro de los grandes errores supinos de esta temporada ha sido la renovación millonaria a casi todos y ni una sola competencia, porque no ha habido ni un sólo fichaje de hendidura profesional. Todo ello mezclado con la incompetencia de Zidane, que jamás ha sabido leer el fútbol, salvo desarrollar una política de relaciones públicas que poco sirve cuando no hay tensión ni garra ante equipos menores. Eso lo dije hace mas de un año y, pese a las críticas, creo que no me equivocado.
El Girona hizo un partido de fuerza, presión, velocidad e incluso con detalles técnicos y tácticos muy superiores ante una banda de millonarios. Ya me decía hace años Di Stéfano que el fútbol también es correr y que si no lo haces, él se hubiera podido quedar eternamente jugando. Además, el comportamiento de la afición de Gerona ha sido ejemplar. Ha dado un ejemplo a toda España. Sensible, con su equipo, pero con respeto al enemigo eterno.
Bueno, mi opinión desde el comienzo de la Liga que este año tocaban bastos en el Madrid, tras el consentimiento a sus jugadores, el mimo de un presidente demasiado rentista y un entrenador que puede ser un magnifico relaciones públicas, incluso con los medios, pero que de entrenador, a pesar de los títulos, no es un buen técnico con suficiente imaginación táctica y posicional. Y dada su debilidad psíquica, los jugadores le han dejado de respetar, por lo que parece. Y eso es una tragedia para un conjunto, un grupo. Sin liderazgo, con capitanes viejos como Ramos y Ronaldo, el esperpento se agranda hasta el bochorno.
Suscribo todo lo que pone en este artículo. Mejor no se puede resumir.