Acabo de terminarme Heavenly Sword, era un juego que tenía pendiente, pero que nunca llegaba el momento adecuado para pillármelo, hasta que hace pocos días, lo compré de segundas en ebay a un precio irrechazable.
Mis impresiones:
Es un juego fantástico, pero que a la mitad, empiezas a darte cuenta de que algo no va bien. Yo ya sabía que el principal defecto de este juego era su corta duración, pero hasta terminar el tercer capítulo no me salían las cuentas. Te pones a sumar las horas jugadas en esas 3 etapas y pensando en que quedan otros 3 capítulos te preguntas, como a los demás les duró 6 horas???, este juego da para 8-10 horas mínimo, te dices.
Es, en ese punto, donde empiezan los problemas. En el largo proceso de desarrollo de este juego, en algún momento, algo pasó, o bien se acercaba el lanzamiento y Sony no permitió ningún retraso más o bien los recursos destinados a este juego se terminaron.
De repente el
Esta tremenda reducción de la duración del juego en su segunda mitad es la que me hace pensar que Heavenly se acabó con prisas, porque además de repetir situaciones en el
(que habría que preguntarse si se planificaron así, o hubo que aprovechar lo que ya se había programado
, haciendo las modificaciones argumentales oportunas), el mimo y cuidado puesto en estos últimos niveles es menor que en los 3 anteriores.
Diseño inmejorable, gráficos excelentes, jugabilidad exquisita, personajes brillantes (Nariko no tiene nada que envidiar a Kratos), doblaje de película y un desarrollo variado y rico hacen de Heavenly Sword un juego soberbio, abanderado de la nueva generación......hasta que, de pronto, se acaba.
Si la segunda mitad del juego hubiera mantenido la extensión de la primera, junto con su variedad de situaciones, estaríamos hablando de una de las experiencias jugables más satisfactorias de esta generación.
Heavenly Sword es un juego excelente, muy recomendable, sobre todo al precio al que puede encontrarse en Platinum o de segunda mano. Pero es de esos juegos que te deja una sensación de desánimo cuando se acaban, pensando en lo INMENSO que podía haber sido cuidando muy muy pocos detalles, porque lo tiene todo para alcanzar la perfección.