Apenas una hora después del encuentro de Hegseth con Musk en el Pentágono ( el multimillonario ya va pidiendo que se procese a los autores de la filtración ), se ha anunciado, oh casualidad, la puesta en marcha de un nuevo programa - en perspectiva desde hace años, todo hay que decirlo - para adjudicar a Boing, en serios problemas financieros, la puesta en marcha del F-47, un nuevo caza de combate furtivo de muy alta tecnología que será el primero de sexta generación, con un coste probable de cientos de millones de dólares por unidad, que sustituirá a los preciados F-22, cancelados tras una producción escasa por su costes disparatado, y por supuesto a los problemáticos F-35 de Lockheed Martin, que están teniendo dificultades para ser producidos.
A estas horas los chinos ya deben tener los planos, como apuntan varios demócratas escandalizados al ver que Musk, empresario con múltiples intereses comerciales tanto con el Departamento de Defensa norteamericano como con sus negocios en China, ha sido hecho partícipe de información sensible.
Si bien el anuncio tampoco puede decirse que haya saltado por sorpresa, lo que acaso sí sorprende un poco es que parece haberse dejando de lado la idea del proyecto de un avión de reabastecimiento de combustible furtivo, que ha afrontado múltiples dificultades, y también la idea, defendida siempre por Musk, de cazas-drones sin tripulación, ya que el F-47 será tripulado.
“Mientras tanto, algunos idiotas siguen construyendo aviones de combate tripulados como el F-35”, soltó en X. La idea que se barajaba hasta ahora para la sexta generación era un término mixto, puesto que se pensaba en un caza tripulado rodeado de un enjambre de drones de apoyo a su alrededor.
PD.- Por cierto, un detalle: Trump es el 47º presidente U.S.A.
EDIT.- Según han revelado ya, una versión experimental del caza ha estado volando en secreto durante cinco años como prototipo para el desarrollo. La paralización temporal tras la derrota de Biden se debió a la decisión sobre la adjudicación del multimillonario contrato para la producción de las unidades, que finalmente ha recaído en Boeing. El coste total para el contribuyente a lo largo de la vida útil del programa se estima en unos nada despreciables 1.7 billones de dólares. Si se quejaban del precio descomunal de los F-22, actualmente de lejos el caza más sofisticado y letal jamás construido, el F-47 va a superar en mucho la inversión: cientos de millones de dólares por aparato frente a los "apenas" ( con comillas ) 80 de un F-35. Curioso, porque en países competidores como China o Rusia se han priorizado algunos modelos más económicos, supongo que bajo el prisma de que a pesar de tener menos capacidades ofensivas el coste del derribo también es inferior. El temor a la pérdida frente a las cada vez más modernas y efectivas defensas antiaéreas hace que uno se lo piense mucho antes de poner tanta pasta en el tablero de juego.