Lo mejor (y lo digo en serio) es pasar de la importación... en serio, haz como que no sabes nada y sigue comprando en España sin cuestionarte que hay más allá del horizonte.
Con lo tranquilo que estaba uno aquí, en un mercado que está pasando a funcionar a base de sota, caballo y rey... (porno shojo, shonen comercial y en anime la Santísima Trinidad: Dragon Ball, Saint Seiya y Evangelion).
Ya son ganas de complicarse la vida y amargarse la existencia con enoooormes listas de novedades tanto en anime como en manga (sólo con el inglés es llevadero, pero como metas el hocico en el mercado francés ya no sabrás donde acudir, editan desde el seinen más rarito y minoritario hasta el porno más radical, todas ellas interesantes y que es imposible comprarse de una sentada, obligándote a hacer un filtrado y una lista de prioridades
Y ahora me estoy picando con las novelas visuales... en el foro de Jast están hablando de hacer una edición coleccionista para School Days con regalos (se barajan unas bragas, una almohada, un pendrive, una alfombrilla con tetas en relieve...) no sé que es lo que acabarán metiendo en la edición coleccionista, pero ya sé que el mes que salga me voy a llevar un palazo en el presupuesto de gastos.
Ahora, eso de tener todo lo que te gusta en papel, o el anime en su cajita con disco y algún regalo si se tercia... no hay color.
Aunque lo más peligroso de importar es que si te acostumbras a comprar en amazon luego es muy duro regresar a la realidad española, pasas de un mercado en el que puedes comprar cualquier serie que se te ocurra a otra en la que estás comiéndote los mocos y escribiendo mensajes en el subforo de peticiones a las editoriales. Aunque la gente no lo reconozca vas abandonando poco a poco las compras en España, contribuyendo a crear un mercado más asqueroso y raquítico si cabe (los piratas porque son piratas, y los legales se marchan porque están muertos de asco). Si no fuera por las 4 series que me hago desde hace eones mis compras aquí serían testimoniales.
Resumiendo: no lo hagas, que no sabes donde te metes