A mi el tema mágico y demás es algo que me jode sobremanera.
La esencia de Shenmue está en su realismo extremo, incluso a veces tedioso. El mundo de Shenmue es real, tienes que trabajar, la gente sigue su vida ... la gracia está en como la épica aventura de Ryo contrasta con la realidad cuotidiana y aburrida de Yokosuka. Ello hace que resulte aún más épica... en cierto modo es como si nosotros, enfrascados en una vida común, nos vieramos envueltos en una aventura de ese estilo. Es decir, el enmarcar la epicidad en un contexto de normalidad y realismo da como resultado que dicha epicidad resulte mucho más vivida y en definitiva REAL.
La sensación que esto aporta es impagable y ningún otro juego ha intentado siquiera acercarse.
El problema de incluir elementos fantásticos es que se cargaría todo este equilibrio que supone la esencia del juego.
El final de Shenmue 2 incluye cierto elemento mágico, pero es algo hasta cierto punto leve y sutil, muy al final, que no impide que el acabar el juego sea algo maravilloso, nostálgico, sin necesidad de romper con lo anterior. El problema empieza a partir de aquí. Se abre una puerta que hubiese sido difícil de cerrar en un futuro Shenmue 3 y que podría haberse cargado muchas cosas. Los Hadokens del Shenmue On-Line son horribles, grotescos.
Pero SEGA se fué al garete y no pudimos comprobarlo.
En cierto modo, a pesar de la firma que tengo, del pensar en todo lo que hubiera podido ser... el acabar la saga con el final que tubo, tan abierto aunque tan bello, antes de que el propio juego se destruyese a si mismo, es lo mejor que podía pasar. Así es posible mantener un recuerdo impoluto e impecable para siempre... de algo que nunca jamás será igualado.
La solución al tema de los medallones y todo eso... si dependiera de mi, hubiese orientado el tema hacia algo más místico, más abstracto, simbólico u onírico, no a sacar rayos por los puños y tonterías así. Pero es muy difícil y la cosa no parecía ir por ahí.