**Historias de Eol**

De entrada: ¡Hola eolian@s! Soy nueva en este foro y tenía que saludar!.
He visto esta sección y no he podido resistirme. He pensado que ya que nos gusta confeccionar y leer literatura.. que mejor que tener contacto unos con otros que creando un relato conjunto?. Propongo que alguien inicie una historia, que escriba al menos cinco o seis lineas y el siguiente que lo continue haciendo lo mismo =). Qué os parece?. Comienzo, y al que le guste si quiere que siga^^
Un saludo!!!^^
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El chico de ojos verdes camina sin prisa alguna por la calle. Le gusta ir tranquilo, como si pensara cada uno de sus pasos. Intenta así ordenar los pensamientos que rondan por su mente. Distraía pocas veces la mirada del suelo, solo si se cruza alguna belleza, solo si ve la desesperanza de un vagabundo o si una nube intenta atormentar un día despejado.
En su mente rondan varias ideas o pueden llamarse venganzas. Aunque aun no acaba de comprender lo que ha sucedido hace apenas unas horas. Cuando su padre ha intentado golpearlo con su gran mano, estropeada por los duros trabajos del campo.
Lo único que hizo la noche anterior fue llegar dos horas tarde a su casa, esa casa medio destartalada que aguanta su presencia a duras penas a la entrada de un enorme maizal.
Andrés no puede apartar de su memoria a su padre, encolerizado, rojo como la lava de un volcán. Sujetando en su mano derecha una botella de ron y en la otra un dedo acusador que apuntaba hacia Andrés. El siguiente recuerdo que viene a su mente es a su padre dejando caer la botella de alcohol vacia e intentando propinarle repetidos golpes, a los que el pudo esquivar porque su padre estaba demasiado borracho para acertar.
Andrés camina y camina, sin rumbo donde ir. No sabe a quien visitar, a quien contarle lo sucedido. Sólo puede agachar la cabeza por la calle para que los demás no vean las lagrimas en sus ojos.
Sin duda luna de las peores cosas es excusarse ante sus amigos. Pese a que rehuye bastantes veces ellos insisten en saber qué le sucede ni por qué ya no sale a tomar unas cañas, como han hecho desde siempre. Andrés prefiere callar y guardar en sus adentros todos sus secretos. No quiere ni molestar ni atormentar a nadie con sus problemas, ni tampoco le gusta el victivismo, aunque él de forma irremediable sea víctima de muchos suplicios. Se siente muy solo en medio de mucha gente y no sabe hasta que punto podrá seguir estando así.
Una gran angustia se apoderó de Andrés... un sentimiento de congoja y fracaso que no podía quitarse de encima. Así que se echó a andar con decisión. En momentos tan duros como éste, un paseo bien largo solía tranquilizarle. Media hora más tarde estaba frente al nuevo viaducto. Subió hacia la parte de arriba por una de las escaleras de servicio y contempló desde arriba las luces de la ciudad, pequeñas, casi de juguete...

Súbitamente vio algo que le sacó de tan sombríos pensamientos: alguien estaba intentando subirse a la barandilla del viaducto.

Andrés echó a correr lo más rápido que pudo y sujetó con fuerza a aquella persona, que ya tenía una pierna fuera de la barandilla, mientras la arrastraba hacia el interior del puente. ¡Era una chica muy joven!. Luego, asustado, y mientras seguía sujetándola, le gritó:

- "¡No lo hagas! ¡No hagas eso! ¡No merece la pena!"

Ella le contestó, en un tono de cinismo e indiferencia propio de alguien mucho mayor:

- "Tú no sabes la vida que tengo... es un infierno total. ¡Suéltameeee! ¡Déjame en paz!"

Por su aspecto se diría que no tenía más de 16 años. Andrés no podía entender cómo una chica tan joven era tan desgraciada como para querer quitarse la vida. Y desde luego no permitiría que lograse su objetivo.
Lorena volvió a mirar a aquel chico que le observaba con ojos desorbitados y se sorprendió al comprobar que era la viva imagen de su hermano mayor, incluso tenía la misma edad que él cuando hace seis años murió salvándola a ella de ser atropellada por un coche.

Sabía que no podía ser, que estaba turbada por la cantidad de antidepresivos que se tomaba todos los días, que no era más que un mecanismo de defensa de su cerebro que intentaba de forma desesperada salvarle de aquella asquerosa vida.

¿Hermanito? dijo con voz temblorosa.

Cuando los entresijos de la vida le estaban haciendo dudar de la realidad sus pies trastabillaron en la barandilla y...
... Ocurre lo inevitable. Lorena cae al vacío. Andrés observa boquiabierto y horrorizado una escena de pocos segundos y que sin embargo son de los más largos de su vida. Pero algo está saliendo de una forma inesperada. El cuerpo de la muchacha ralentiza su caída cayendo de una forma muy poco usual al suelo. No puede ser... piensa Andrés.
Realmente es increíble que alguien desde esa altura no tenga un trágico final. Tras unos minutos de incertidumbre corre tras ella bajando las escaleras del viaducto que le llevan hasta el suelo de fondo, donde sin ningún rasguño ni surco de sangre descansa, como si de una plácida siesta se tratara, el cuerpo de la chica que a causa de un milagro conocerá como Lorena.
Andrés corre a socorrer a la muchacha, pero es demasiado tarde. No tiene pulso y su corazón se ha parado. Aquella pobre chica había puesto fin a su vida delante de él, sin que hubiera podido evitarlo. Intentó reanimarla, sin éxito, haciéndole la respiración boca a boca, mientras lloraba con una desesperación intensa.

De repente y sin que se diese cuenta, apareció ante él un anciano de pelo canoso que se situó silenciosamente a su lado. Apuntó a la cara de la malograda chica, que permanecía inerte en el suelo, con un extraño aparato que parecía una linterna, emitiendo un rayo de luz verde, que parecía un láser.

Andrés no podía creer lo que estaba viendo. Era como una película de terror, con loco incorporado

"¿Pero qué está haciendo usted? ¡¡No ve que está muerta!!"

El anciano desconocido se giró lentamente, y mirándole con una sonrisa, le dijo con gran serenidad:

"Andrés, he venido a ayudarte. Soy tu tataranieto y he venido del futuro. No puedo contarte nada más. La chica vivirá. Ha sido un honor conocerte"

Andrés iba a contestarle con alguna frase de burla, pero no pudo pronunciar palabra... aquel anciano se esfumó tras un fogonazo. Era como si nunca hubiera estado allí. ¡Como si lo hubiera soñado!. Quizá había sido todo una visión, una alucinación propia del fuerte trauma emocional que acababa de sufrir.

Entonces prestó de nuevo atención a la chica. Se aproximó a ella y la miró fijamente, tal y como estaba, inerte y sin vida. ¡Qué bella era!... ¿Cómo una chica tan guapa había llegado a suicidarse?.

¿Por qué has hecho esto? ¡¡¿Por qué?!! -reprochó Andrés a la chica, mientras le acariciaba el pelo...

En ese momento la chica abrió los ojos poco a poco. ¡Estaba viva!. Andrés se sintió feliz, ¡era un milagro!. La chica parecía estar consciente, y quería decir algo:

-"Gracias por ... salvarme"
No puede creer lo que está viendo. Es como si hubiera ido y vuelto de la muerte. Rápidamente coloca una de sus manos bajo su cabeza para que pueda levantarse rápidamente y sin marearse. Permanecieron sentados en el suelo sin decir nada.
Andrés queda ensimismado con el rostro de la chica, no se ha fijado en sus ojos, pues antes los tenía cerrados. Un precioso color miel inunda la mirada de la muchacha. Son sin duda alguna los ojos más profundos y misteriosos que ha visto nunca. Quedarse embelesado es bastante fácil.
A pesar de haber visto a su supuesto tataranieto que obviamente quería salvar a su tatarabuela para poder seguir existiendo en su futuro relativo, no pudo reprimir el latir rápido del corazón al ver el rostro ceniciento de la chica, torrente sanguieno que se estaba cada vez concentrando más en un punto en concreto del cuerpo humano, irónicamente el que ayudaría a su tataranieto a existir.

Le empezaba a asaltar la duda de si el momento era el propicio para tales menesteres, desde luego estaban muy juntos y al fin y al cabo él era su salvador protector, su mirada fue disimuladamente bajando de los ojos a la boca, de la boca a su cuello, y de la piel perfecta de su cuello hacia...

¿Sabes?...dijo Lorena con cierta altanería, si vas a estar ahí parado mirandome el escote y con un bulto cada vez mayor en el pantalón creo que mejor será que me vaya a mi casa. Se levantó atusándose la falda con una picara sonrisa que Andrés no pudo ver.

Andrés se quedó pálido y su alegría se desvaneció de sopetón, pese a disfrutar de un ángulo de visión más que aceptable del conjunto colegial de Lorena, decidió levantarse rápidamente mientras intentaba pensar algo ingenioso para salir de la complicada situación.

Una vez más Lorena se le adelantó:

No te preocupes, te pienso devolver el favor, pero no aquí, ¿quieres acompañarme a casa?

Andrés contestó, ¿Pero está tu casa cerca? e inmediatamente supo que era una cagada lo que había dicho.

Si, vivo cerca de aquí, pero no te vuelvas a hacer ilusiones cochino, solo quiero que te vea mi madre para ver que cara pone, te pareces mucho a alguien

Andrés al ver la cara triste de Lorena pensó que lo correcto era seguirla hacia su casa y ver exactamente a quién se parecía, desde luego ésta relación estaba llendo más rápido de lo normal, tener que ir a conocer a su familia en la primera cita reflexionó, menudo día más raro. Empezaba a pensar que alguién estaba jugando con su destino.

Lo que nunca se le pasaría por la mente es que los que estaban jugando con su destino eran unos pseudo escritores de un foro de tecnología, menuda gracia si se llega a enterar algún dia. [360º]

¿Por cierto, cómo te llamas?
... preguntó Andrés para romper el silencio de camino a su casa...
"Lorena" dijo la chica, con voz despreocupada e indiferente, como si ya no le importase haber coqueteado con la muerte apenas unos instantes antes.

La chica vivía a unas pocas calles de distancia así que pronto llegaron al edificio en el que residía con sus padres. Lorena se acercó a la puerta de su casa con algo de miedo, pues era muy tarde y una chica que aún iba al instituto como ella no acostumbraba a tomarse tantas libertades. Pero no todos los días vuelve una persona de la muerte a su casa.

Lorena no se decidía a llamar a la puerta, así que Andrés, impaciente, y deseoso por terminar con aquello y regresar a su casa para aliviarse después de aquel momento de calentura, se adelantó y sin pedirle opinión, llamó a la puerta enérgicamente, no una sino tres veces.

La puerta se abrió rápidamente y por ella salieron tres personas sonrientes y con una expresión de alegría manifiesta:

- "¡Lorena, hija, estás bieen! ¡Pensábamos que te había pasado algo malo!" - gritó contento su padre.

Una mujer de mediana edad, seguramente la madre de Lorena, hacía un esfuerzo por sonreír mientras trataba de disimular las lágrimas que sin duda, había estado vertiendo toda la noche.

Había además una chica joven, que se echó directamente en brazos de Lorena, besándola en los labios, algo que extrañó un poco a Andrés, aunque sabía que las mujeres por lo general suelen tener ese tipo de muestras de afecto entre ellas. Pero algo no le encajaba.

-"Esta es mi novia Sofía"- dijo Lorena- "porque lo que no te he dicho, es que soy lesbiana... y esta noche habíamos discutido y yo estaba muy mal... por eso nos conocimos en el viaducto. Pero ahora gracias a ti estoy muy feliz"

Andrés no salía de su asombro. Si sus ojos no le habían engañado, un supuesto pariente suyo del futuro había reanimado a Lorena del sueño eterno por su propio interés; sin embargo, Lorena era lesbiana, y además una lesbiana con pareja estable. ¡Qué extraño era todo!

Algo dentro de Andrés le pedía marcharse de allí, lo más lejos posible, y alejarse de aquella chica y sus extrañas circunstancias. Sin embargo no podría sospechar ni remotamente lo íntimo y estrecho que era ya en aquel momento el vínculo que acababa de formarse entre el destino de Lorena y el suyo propio.
Andrés echó a andar despreocupadamente, en dirección al domicilio paterno. Todo lo relativo a aquella chica había sido una experiencia excesiva. Primero, su intento de suicidio. Luego, la aparición fantasmal -¿soñada quizá?- de un hipotético descendiente del futuro que devolvió la vida a una inerte adolescente recién fallecida de suicidio.... era todo más propio de una novela de vampiros de esas que ahora están tan de moda, que de la vida de un hombre joven de apenas 25 años.

Debería sentirse feliz, porque técnicamente, la había "salvado"... pero en su fuero interno, un extraño y sombrío presentimiento negativo nublaba su mente. Andrés no tenía motivos, pero de alguna manera sabía que Lorena iba a aparecer otra vez en su vida... y no para bien.

- "¿Es usted Andrés Luis Márquez de León?" - le preguntó secamente un oficial de policía que acababa de bajarse de un vehículo patrulla.

- "Sí, yo soy, ¿por qué me lo pregunta, agente?" contestó Andrés sorprendido.

El agente y otro compañero suyo se acercaron a Andrés y le colocaron rápidamente unas esposas, antes de que pudiera reaccionar.

-"Andrés, queda usted detenido como presunto responsable de un delito de inducción al suicidio en grado de tentativa. Es un delito muy grave, sobre todo porque la víctima es menor de edad, y le espera a usted una investigación criminal, por lo que le recomiendo que colabore sin oponer resistencia por su propio bien. Debe acompañarnos a la comisaría para prestar declaración. Voy a decirle sus derechos. A partir de este momento, tiene usted derecho a guardar silencio ya que todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra... tiene derecho a un abogado y si no puede pagarlo se le nombrará uno de oficio..."

Andrés no podía creer lo que estaba sucediendo. Todas aquellas caras sonrientes en la casa de Lorena... aquellas sonrisas agradecidas por el regreso de la chica que volvía al hogar... y ahora, pese a que él sólo había querido desde el principio ayudarla e impedirle que se quitase la vida... ahora, él estaba imputado precisamente por lo contrario de aquello que había querido impedir.

¡Menuda burla! ¡El Destino estaba burlándose de él! ¡Él, que era un "don nadie", sin un objetivo claro en la vida, y que había querido salvar a una chica que buscaba la muerte, ahora iba a ser el protagonista del noticiario de la cadena local de televisión, y no para bien. Desde luego que a sus padres no les gustaría nada la noticia. ¡En mala hora decidió ir al viaducto!. ¡En mal día pensó que podía hacer algo bueno por sí mismo ayudando a una persona desconocida que ahora le culpaba de su suicidio frustrado!.

La sopresa y estupefacción que aquella extraña detención y aún más extraña acusación dejaron a Andrés sin habla durante bastantes horas. Dentro del calabozo de la comisaría de policía, repasó sus últimos días, sin entender cómo había llegado a meterse en un lío tan mayúsculo. Desde luego que Lorena había cambiado su vida, ¡¡para mal!!. Ahora iba a tener que deshacer todo aquel confuso asunto. Pero... ¿Cómo es posible que le acusen de inducir al suicidio a una chica? ¿En qué se basan? ¿Qué pruebas tienen? ¡¡Esto es kafkiano!!. "No puede ser" pensó Andrés. "Tiene que haber una explicación racional, y cuando se comprueben los hechos se verá que soy completamente inocente" se dijo Andrés en un intento infructuoso por tranquilizarse, mientras un sentimiento de angustia se apoderaba de su pecho.
Andrés estaba sumido en sus pensamientos. Súbitamente se abrió la puerta del calabozo.

"¿Andrés Luis Márquez?" -inquirió un funcionario- "está usted en libertad. Pase por allí -señalando unas dependencias- para que el oficial de guardia le explique su situación.

¡Libre! ¡Ya le habían soltado! Andrés estaba enfadado, pero también lleno de curiosidad por conocer cuál era la causa de su repentina liberación.

Se acercó rápidamente a una oficina donde había un mostrador. El policía que se encontraba detrás del mostrador se giró sin ceremonias y le dijo:

"¿Eres Andrés Luis Márquez? estás en libertad porque según el informe del médico forense de guardia.... (rebuscando un documento).... ah sí, ¡aquí lo tengo!, bien... pues según ese informe, la chica que presuntamente habrías inducido a tirarse del viaducto, no manifiesta el menor indicio de traumatismo... según el forense está como una rosa lo que hace imposible creer que haya podido caerse desde un lugar tan alto sin lesionarse de ninguna forma, por lo que tu caso se archiva. ¡Estás libre chaval!

- ¿Así que dejan de acusarme por un informe médico forense? -preguntó Andrés-

El agente no contestó directamente

- Si quieres un consejo chaval, la próxima vez ten cuidado con quien te relacionas, mira que hay personas muy mentirosas (haciéndole una mueca de complicidad).

Increíble pero cierto. Lorena se había dejado caer del viaducto y había muerto. Pero el médico forense sólo decía lo que había podido constatar, y es que Lorena no presentaba el menor indicio de haber sufrido semejante caída. ¡Ver para creer!.

Pensando en ello, Andrés se dirigió, por fin, hacia la salida del edificio de la Comisaría. Eran las 8 de la mañana y había pasado una noche en un calabozo, como un vulgar ratero. Al final se había aclarado su inocencia, sí... pero todo había sido muy extraño. Nadie le creería jamás.

Decidió marcharse a casa, mientras se juraba a sí mismo que nunca volvería a relacionarse con Lorena y que no volvería a subir al viaducto, al menos en una larga temporada.
Zekisoft escribió:Desarchivado @Quintiliano


Muchísimas gracias @Zekisoft [chulito]

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Y así Andrés, el muchacho triste de ojos verdes, regresó de madrugada, soñoliento y cansado por todas las cosas que le acababan de suceder, sobrepasadas las 8.45h de la mañana, a la destartalada casa en la que residía junto a su iracundo y agresivo padre. Cierto que era un lugar donde no se sentía demasiado cómodo, pero al fin, era su hogar.

Giró la llave para entrar en el domicilio y se dio cuenta de que su padre aún no se había levantado. Entonces recordó que hoy era domingo.

-"¡Menos mal!"- se dijo Andrés -"así no tendré que dar explicaciones"- y se dirigió a su zuloteca, como llamaba a su habitación su amiga Leticia, no sólo por lo atestadas que estaban las estanterías de animes, videojuegos y figuritas de todo tipo, sino porque la poca luz que entraba por la ventana era filtrada por unas cortinas de color pálido que no debían haberse limpiado en muchos años.

Se preparó una manzanilla en la pequeña máquina de café americana de goteo que tenía instalada en la habitación. Se sentó en su cama -aún deshecha desde el día anterior- y en ese momento reparó en un detalle: durante todo este tiempo se había olvidado el móvil en casa; y además, encendido.

Miró la pantalla, con la curiosidad de saber si había recibido algún mensaje, o si tenía llamadas perdidas. Había una perdida de un número desconocido; y un SMS de ese mismo número, que decía:

"Andrés, soy Lorena. Tengo que decirte algo importante. Llámame cuando puedas".

Andrés apagó el móvil y decidió que no haría nada más hasta haber dormido lo suficiente. Y se durmió tendido en la cama sin hacer, vestido como estaba y sin haberse terminado la infusión.
socket21 está baneado por "Troll"
Al día siguiente Andrés se levanta con una erección matinal de caballo y recuerda que tiene que ir a buscar a su amada, la Lore.
Sale del piso franco en el que reside, está dispuesto a montar su buga una vez acicalado.
De camino por la M-30 aparece un godzilla hambriento y se lo come al ajillo con cebolleta.

La Lore, la choni regetonera con la que estaba saliendo se estaba tirando al dueño del club de regatón que regentaba con su amigas, así que tampoco importa mucho.



FIN

Imagen
socket21 escribió:Al día siguiente Andrés se levanta con una erección matinal de caballo y recuerda que tiene que ir a buscar a su amada, la Lore.
Sale del piso franco en el que reside, está dispuesto a montar su buga una vez acicalado.
De camino por la M-30 aparece un godzilla hambriento y se lo come al ajillo con cebolleta.

La Lore, la choni regetonera con la que estaba saliendo se estaba tirando al dueño del club de regatón que regentaba con su amigas, así que tampoco importa mucho.



FIN



Confirmo que este final es canonico al 100%
Entonces si se a acabado la historia anterior.. voy a empezar yo una nueva historia [chulito]

En el fondo de todo internet, tan a fondo que a penas se veía, habitaban unos eolianos en una web llamada "ElOtroLado".
Los eolianos publicaban hilos en esa misteriosa web, desde "Cagar 3 veces al día" hasta "Chica busca moderador".

Una tarde de lluvia, una chica aburrida se registró en aquella web.
No era consciente de lo que hizo, pues en ElOtroLado escondía un secreto que nadie sabía, solo los eolianos que habitaban en esa web sabían de aquel secreto.

La chica, como no tenía creatividad a la hora de inventarse un nombre, buscó en otras webs nombres de personajes anime, pues ella era una friki a si que decidió ponerse de nombre "Kurumi".

Una vez registrada en aquella web, visitó los hilos más populares de ElOtroLado.

-¡Que interesante es esto! Me voy a divertir hasta que me canse (Decía la chica alegremente)

Al día siguiente, la chica volvió a conectarse a la web, pero no esperaba lo que vieron sus ojos..

-¿Qué es esto? (Decía con cara asustada)



Continuará...
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