A ver si os gusta, llevo un tiempo escribiendo historias cortas basadas en el mundo fallout, no esperéis nada que tenga que ver con uno de los juegos o personajes, mas bien estan basadas en situaciones y personas que podrian darse en el mundo de fallout
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Nadie.
- ¡Maldita sea!, ¡dios, que puto dolor de cabeza!. Mike se encontraba tumbado entre dos rocas amarronadas por el castigo del tiempo, y de la radiación descontrolada que asolaba las afueras de Rivet City. Por la sombra de las mas de 10 botellas tiradas por el suelo a su alrededor, se podía ver claramente que la noche anterior había sido bastante dura. y repleta de litros de alcohol.
Mike se puso depié a duras penas, apoyandose con su pierna robótica, injertada por un supuesto médico de Megatón. Al incorporarse y apoyar el peso sobre la pierna se escuchó a varios metros de distancia el siseo de los compresores de aire comprimido que estabilizaba el peso con la otra pierna, calibrando el volumen total que debía caer sobre ese tobillo.
Como todas las mañanas al levantarse, se fué al rio empapó sus manos en un riachuelo verde como la hierba y empapó su cara para despejarse un poco, mirando al cielo, recordando viejos tiempos. Tiempos en los que el era alguien, en los que merecia la pena vivir. ¡Piiiiiiiiiiiiiiii! -alarma de radiación activada, ha alcanzado los niveles máximos de radiación permitidos!. Mike levantó su brazo izquierdo con desgana y activo su visor Pip Boy. -¿Pero porque mierda te quejas ahora, maldito cacharro?. Golpeó varias veces la pantalla electronica hasta que se quebró un poco mas el cristal, solo un poco mas de lo que ya se encontraba quebrado, y volvió a bajar el brazo. -¡Katie! - Exclamó asustado. Katie era su perro pastor aleman, una hembra que era lo único que le quedaba en su vida, y por la que el creia que merecia la pena vivir.
Volvió corriendo a su escondite secreto, tan secreto como un vagon del metro en mitad de ninguna parte, en un lugar desconocido, en un mundo de mierda, dejado de la mano de Dios. Entro a base de topetazos mientras, su pierna sonaba como el chirrido de una puerta mecanica al cerrarse. Y allí estaba Katie. Ella se encontraba en el suelo desplomada de lado, con sus ojitos tan tiernos y las orejitas que tanto le emocionaba a Mike cuando las veía erguirse al aparecer el. El lomo estaba desgarrado con unas marcas facilmente reconocibles para un habitante del Yermo, Una rata topo había aparecido durante la noche y se había dado un festin. Un festin macabro de odio y muerte, un festin que habia apagado las ganas de vivir de un habitante mas.
Llorando Mike, salió al exterior, salió llorando dejando alli su ganas de seguir existiendo, con la expresión perdida, con cara de locura. Salió al exterior y grito al sol, maldijo la luna, las nubes y al viento, maldijo a la tierra y a sus habitantes, maldijo la radiación y al barco que hacia de ciudad de Rivet City. Y por fin se calmó, pensó que podría superarlo. - Bah! Mike has salido de cosas peores! - Se dijo a si mismo. Pero la rabia de 43 años de dolor, y de sufrimiento pudieron con el. Sacó una pistola, la cargó, rezó una vez y solo una vez por Katie y un disparo certero lo separó por fin de esta tierra maldita.
Mike se desplomó en el suelo, nadie escucho el disparo, nadie escuchó como caía, nadie. Realmente a nadie le importaba, nadie lo conocía, nadie.
