Hola a todos. Os dejo mis impresiones tras haberme acabado el juego recientemente, a ver si ahora me pongo con el 3 y me preparo para el lanzamiento del Black Flag.
EZIO SE JUBILA, AL FIN
La vida de Ezio Auditore, que tan buenos momentos nos ha hecho pasar en anteriores entregas, llega a su fin, y la verdad es que se puede decir que ya tocaba. No parece haber mucho más recorrido con este personaje, y así es exactamente como se siente Revelations, un juego repetitivo y que aporta poco al universo de Assassin's Creed. Esta tercera entrega de la "subtrilogía", que cuenta la obra y milagros de Ezio, se despide en una clara fase de retroceso, no tanto por la calidad, sino por el hastío de experimentar una y otra vez lo mismo. No estamos ante un mal juego, ni mucho menos, pero es que es un calco a lo que hemos visto en anteriores entregas, sobre todo a su predecesor en el tiempo, La Hermandad, al cual se asemeja de tal manera que bien podría pasar por un DLC.
En esta nueva entrega manejamos a un Ezio entradito en años, un hombre de aspecto cincuentón pero que físicamente no parece haber pasado de los veinte, porque sigue escalando y saltando por los tejados como un canguro. Su nuevo objetivo es encontrar las cinco llaves que dan acceso a la biblioteca de Masyaf, lugar donde Altair guardó un gran secreto que Ezio está dispuesto a descubrir. Precisamente la aparición de Altair es una de las escasas alegrías a nivel argumental que nos llevaremos en este Revelations, ya que tomaremos el control de sus acciones en varias ocasiones durante la aventura, y viviremos de primera mano lo que le ocurrió tras los acontecimientos sucedidos en el primer Assassin's Creed. Más allá de estas secuencias, que tienen más carga argumental que jugable todo sea dicho, la aventura de Ezio se desarrolla principalmente entre Constantinopla y, en menor medida Capadocia, dos nuevos escenarios de gran factura artística pero que no ofrecen nada que no hayamos vivido anteriormente.
Revelations se juega exactamente igual que La Hermandad, de hecho apenas hay un par de mejoras destacables que merezcan la pena ser reseñadas. La estructura jugable permanece inalterable desde los comienzos de la saga, es decir, todo gira en torno a las "atalayas", misiones principales, misiones secundarias, compra de edificios, entrenamiento de asesinos... ¿Qué más os voy a contar que no sepáis? Cada vez se premia menos a la infiltración, aquella idea inicial con la que el primer Assassin's Creed intentó cautivarnos, y que poco a poco se ha ido diluyendo con el paso de las entregas. Ezio dispone de las mismas habilidades que antaño, salvo que ahora también cuenta con un nuevo gancho que le permite agarrarse a los salientes más difíciles y ejecutar complicados saltos. Además, ahora también puede crear sus propias bombas en los lugares destinados a tal efecto, lo que pasa es que resulta mucho más cómodo comprarlas que ir recogiendo objetos para fabricarlas. No obstante el uso de armas de fuego como estas bombas, o los petardos mismamente, sí que aportan un granito de variedad a las situaciones que nos tocará afrontar a lo largo de la aventura, aunque tampoco esperéis milagros.
Las misiones principales siguen siendo igual de restrictivas que siempre, en cuanto te sales del camino establecido o intentas hacer algo "original", el juego te penaliza; los enfrentamientos a espadazo limpio hacen gala del "golpe mágico", el contragolpe, que es efectivo contra el noventa por ciento de los enemigos; y las misiones secundarias suelen oscilar entre la reiteración y el aburrimiento, por lo que salvo el hecho de amenizar algún paseo entre misiones, no tienen mucho aliciente. Revelations es de esos juegos que ofrece toneladas de contenido, pero ninguno es lo suficientemente atractivo como para que te apetezca perderte entre ellos. Además, puedes acabarte el juego sin apenas evolucionar a Ezio, es decir, no es necesario amasar dinero para comprar mejoras o armaduras, ni evolucionar a los asesinos, ni nada más allá de lo que se salga de la trama principal. Todo ello está ahí, a cada paseo que das por la ciudad te cruzas con veinte puntos calientes, pero lo cierto es que terminas obviándolos al poco tiempo de jugarlos. Y esto acaba convirtiéndose en un hándicap enorme en un juego que aspira a ser un sandbox de cierta duración, ya que en 10-12 horas te lo puedes ventilar sin mucha complicación.
Si jugablemente Revelations ofrece muy poca mejora respecto a sus predecesores, lo mismo se puede decir del apartado técnico. Como ya viene ocurriendo en todos los juegos de la saga, Ubi nos vuelve a deleitar con una recreación de ciudades bastante conseguida, aunque no exenta de fallos, cada vez más evidentes y menos perdonables dada la altura de la generación en la que nos encontramos. Aquel primer Assassin's Creed con sus vastos escenarios y poblaciones repletas de ciudadanos que maravilló a propios y extraños, ha evolucionado poco, demasiado poco para mi gusto. En general las ciudades lucen bastante bien, pero seguimos viendo texturas muy mediocres en los edificios, y ciudadanos con un nivel de detalle muy inferior a los personajes principales. Es decir, se siguen lastrando los mismos problemas entrega tras entrega, y aunque ello no quita para reconocer una ejecución muy notable, echamos en falta algo más de dedicación al respecto, porque este juego podría lucir increiblemente bien con un poco de esfuerzo extra en dichos apartados. Sonoramente el juego cumple bien, con un doblaje de gran factura -salvo el de algún transeúnte- y una banda sonora que nos acompaña con acierto durante todo el juego. Es decir, los valores de producción rayan a un gran nivel, pero qué duda cabe que en determinadas áreas se le empiezan a notar carencias típicas de un motor que apenas ha evolucionado en los últimos años.
AC: Revelations también ofrece un apartado multijugador que supone una evidente mejora al que ya se vio en La Hermandad. Hay más personajes, más modos de juego, más de todo en general, y eso hay que apuntarlo en su haber como una adición interesante, aunque no definitiva para impulsar la nota global del juego. Assassin's Creed intenta contar una trama a través de un recorrido de los periodos más relevantes de la historia, cosa que está realizando con más o menos acierto, y Revelations cumple con su objetivo principal que es entretener, pero queda muy lejos de enamorar. Nos encontramos pues ante una continuación digna pero sin aspavientos, un mero entretenimiento cuyo objetivo no es otro que saciar la espera hacia una auténtica continuación, Assassin's Creed 3.
LO MEJOR
Si eres un "completista", hay mucho contenido adicional que indagar.
Conocer más aspectos de la vida de Altair tras el primer AC.
LO PEOR
Las novedades jugables son casi inexistentes.
Tampoco hay evolución en el apartado técnico.
Más que una continuación, es un DLC "enmascarado".
NOTA: 60